Las premoniciones, más o menos comprobadas, se cuentan por miles. La mayoría se refiere a anécdotas personales, pero algunas se relacionan con sucesos mundialmente conocidos y han sido reveladas con anticipación, antes incluso de que el suceso ocurriera.
La más famosa de estas premoniciones es el tema de una novela corta titulada "Futility" escrita por el norteamericano Morgan Robertson, quien, catorce años antes de
la catástrofe del Titanic, predice con todo lujo de detalles el naufragio de un barco denominado con un nombre parecido, Titán. Las coincidencias entre la novela de Robertson y el naufragio del Titanic son asombrosas.
Una obra profética
Nacido en 1861, Morgan Robertson es un escritor que se especializa en historias del mar y que ha sido injustamente olvidado en nuestros días. Uno solo de sus libros, "Futility", escrito en 1898, lejos de ser el mejor que escribiera, le ha valido, sin embargo, cierta fama póstuma.
Esta novela corta sobre la debilidad del hombre frente a la fuerza del destino relata el naufragio del "transatlántico más grande construido por el hombre", el Titán. El barco colisiona contra un témpano y se hunde, llevando a la muerte a la mayoría de sus pasajeros por falta de suficientes botes salvavidas.
Coincidencias asombrosas entre el Titán y el Titanic
Pero las coincidencias con el naufragio del Titanic no se detienen allí: el conjunto de concordancias es, en efecto, sorprendente. He aquí algunas de ellas, y entre paréntesis, los hechos equivalentes relacionados con el Titanic: travesía en el mes de abril (10 de abril de 1912), 70,000 toneladas de desplazamiento (60.000), eslora 800 pies (882,5), tres hélices (la misma), velocidad máxima 24 a 25 nudos (idéntica), capacidad máxima 3000 pasajeros (la misma), 2,000 pasajeros a bordo (2.2301, 24 botes salvavidas (20), 19 compartimentos estancos (15), tres motores (3 también), rotura del casco a estribor (similar).
Ahora bien, la novela "Futility" fue escrita nueve años antes de la construcción del Titanic, incluso antes de que se concibiera este proyecto, lo que excluye, evidentemente, que se haya inspirado en información real.
El colaborador astral de Morgan Robertson
Morgan Robertson declaró durante toda su vida que su inspiración venía de un "colaborador astral", es decir, de un espíritu que le guiaba e inspiraba sus trabajos literarios.
Esta es la única respuesta que daba para explicar estas coincidencias extraordinarias entre la ficción y la realidad. A pesar de la reedición de su obra, no recoge los frutos de su sorprendente premonición después del naufragio del Titanic, ya que los lectores prefieren conocer los detalles sensacionales de la investigación en vez de la ficción, aunque esta esté marcada por esta extraña casualidad.