El gran Timonel guió con mano férrea a su pueblo. La represión desatada por la Revolución Cultural y su mala gestión económica acabaron con la vida de millones de chinos.
Mao fue una de las grandes figuras del siglo XX. Derrotó a los japoneses que ocupaban su país, ganó una guerra civil con inferioridad de medios, unifica China y sentó las bases para convertirla en la potencia que es hoy en día, pero su pueblo lo pagó con sangre y sufrimiento. Su ambición y falta de escrúpulos no se detenían ante nada y la cifra de seres humanos que murieron a causa de la represión que desató en el país se eleva a 70 millones.
Mao: un personaje mediocre y cruel
Así al menos se cuenta en el libro "Mao. La historia desconocida", donde la escritora anglochina Jun Chang y Jon Halliday tratan de desentrañar la verdadera personalidad del "Gran Timonel", al que retratan como un personaje mediocre y cruel. En él se revelan aspectos siniestros de su vida privada, como las relaciones con las mujeres, marcadas por la violencia y los malos tratos, el abandono de hijos en manos de desconocidos y su afición a las cenas opíparas en alguna de las 50 villas construidas para él a lo largo del país.
Nacido el 26 de diciembre de 1893 en el pueblo de Shaoshan, provincia de Hunan. Mao era el mayor de cuatro hijos de una familia de modestos propietarios rurales. En contra de los deseos paternos, recibió educación escolar y se graduó en la Escuela de Magisterio de Chiangsliaen en 1918, donde entró en contacto con el pensamiento occidental.
La creación del Partido Comunista Chino
Lucha contra los nacionalistas de Chang Kai-Chek
En 1934, Mao condujo la 'Larga Marcha' con 50.000 hombres desde el norte del país, donde instalaron campamentos. Eventualmente, llegó a un acuerdo con los nacionalistas para enfrentarse al enemigo común, los japoneses que habían invadido Manchuria. Después de la II Guerra Mundial se reanudó la contienda, y los comunistas derrotaron al ejército de Chang Kai-Chek En 1949 se proclamó la República Popular China y Mao fue nombrado presidente. Por entonces ya estaba casado con su tercera mujer, la actriz Jian Quiang.
El culto a la personalidad
Desde los inicios de su carrera política, Mao se presentó a sí mismo como el enemigo de los terratenientes y de los perversos capitalistas que explotaban al pueblo y como un aliado de los campesinos y trabajadores. Cuando alcanzó el poder, el cultivo de su imagen como héroe de la clase trabajadora y gran padre protector fue clave para manejar la voluntad de los chinos.
En 1962 propuso la creación del 'Movimiento de educación socialista', supuestamente para alejar a los campesinos de las tentaciones del feudalismo, que, en su opinión estaban resurgiendo en las zonas rurales, ordenando a su goberno que publicara cantidades ingentes de propaganda con su imagen como figura central. Miles de vallas y carteles por todo el país llevaban impreso a gran tamaño el rostro del benefactor, y las canciones que emitían en la radio se referían a Mao Tse-Tung como "el sol rojo en el centro de nuestros corazones" y el "salvador del pueblo".
El Libro Rojo
El régimen maoísta se encargó de inculcar a los niños ya desde la escuela primaría el amor hacia su líder, lo que tuvo un gran efecto durante la Revolución Cultural, protagonizada por esos jóvenes que habían crecido sometidos a esa educación paternalista y que se convirtieron en los seguidores más fanáticos de Mao. La campaña de culto a la personalidad se completó en 1966 con la publicación de las "Citas del presidente Mao", un libro de frases y discursos de su propia cosecha y mundialmente conocido como 'Libro Rojo'. Su lectura era obligatoria en los colegios y los miembros del Partido tenían que llevarlo siempre encima.
La imagen de Mao presidía todos los aspectos de la vida china y su cara aparecía en todos los sitios: plazas, calles, carteles, estatuas, comercios.. De hecho su retrato aún domina la famosa plaza de Tianamen en el centro de Pekín.
El movimiento de las Cien flores
De entrada, Mao inició un plan de reforma agraria, y la creación de infraestructuras, que aumentó el PIB en un 4% durante unos años. Eso sí, la transparencia política, brillaba por su ausencia, a pesar del rimbombante 'Movimiento de las Cien flores', mediante el cual, el líder invitaba a los ciudadanos a expresarle sobre cómo debía ser gobernado el país, lo que aprovecharon algunos intelectuales críticos para manifestar su desacuerdo con el régimen. Craso error. Meses después Mao proclamó el Movimiento Antiderechista y metió presos a todos los que le habían criticado. La escritora Jun Chang opina que las Cien Flores había sido una astuta maniobra para identificar a todos sus opositores.
El fracaso del Gran Salto Adelante
En 1955, el líder lanzó el 'Gran Salto Adelante', un plan de colectivización de la agricultura y promoción de la industria que al principio sirvió para aumentar la producción, pero su ambición por acelerar el crecimiento económico acabó en desastre. Millones de campesinos fueron desplazados de sus hogares para trabajar en la industria del acero, una medida traumática que nunca llegó a alcanzar sus objetivos.
Hambre en China
Después, la retirada de la ayuda soviética, la sequía y la mala situación del campo causaron una de las peores hambrunas de la historia, con 30 millones de muertos. Este fracaso llevó a Mao, en connivencia con Deng Xiaoping, a abandonar la presidencia de China en 1959 para convertirse en presidente del comité central del Partido Comunista.
Cruel represión
Pero de facto siguió manejando el poder y en 1966 proclamó la Revolución Cultural proletaria, que resultó uno de los procesos de represión mas duros del siglo XX: con la escusa de mantener la pureza revolucionaria dio poder a los jóvenes guardias rojos para que persiguieran a todos los "enemigos del socialismo", lo cual incluía la destrucción del arte considerado burgués, los asaltos a personas vestidas a la occidental y hasta la eliminación física de los enemigos del régimen.
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