El 11 de julio de 1978 el tiempo se paró para siempre en la localidad de San Carles de la Rápita, Tarragona. Ese día, el camping de los Alfaques, a 3 Km. de la citada localidad, se convertía en un verdadero infierno.
Un camión cisterna lleno de propileno licuado que circulaba por la Nacional 340 sufría un accidente a las puertas de los Alfaques derramando su peligrosa carga que ocasionó una tremenda explosión. Una lengua de fuego arrasó la totalidad del camping y la playa próxima en solo unos instantes.
Hombres, mujeres y niños - más de 200 víctimas - que pasaban allí el verano murieron abrasados a temperaturas que llegaron a alcanzar los 2000º C. La playa del camping, llena de bañistas, también sufrió la explosión, llegando el agua incluso a hervir.
La catástrofe causó una gran conmoción en toda España y a pesar del paso de los años no ha caído en el olvido.