Después de tres décadas de lucha, la Fundación Sankat Mochan está a un paso de implantar su sistema de tratamiento de residuos para limpiar el mítico río Ganges.
A cierta distancia, la escena puede parecer llena de misticismo, alegoría y de color: miles de hindúes cumplen el sagrado ritual que les lleva a bañarse en los ghat de Varanasi, los escalones que bajan a orillas de la venerada "Madre Ganges". Sin embargo, una mirada más detenida revela un buen número de objetos que flotan en el rio. Hay bolsas de plástico, maderos y algún resto humano procedente de las hogueras en las que se incinera a los muertos.
Limpiar el río Ganges
No hay mejor lugar para emprender el viaje hacia la reencarnación que el rio sagrado a su paso por la antigua Benarés, pero sin duda hay lugares mucho más deseables en el mundo, incluso en India, para darse un buen baño, "El Ganges está enfermo", el profesor Veer Bhadra Mishra, a quien la revista 'Time' nombró como uno de los siete héroes de la Tierra y al que la Universidad Nacional de Educación a Distancia premió por su campaña 'Limpiar el Ganges', no tiene dudas al respecto.
Portador en exclusiva de aguas fecales
A su paso por las cinco ciudades con más de un millón de habitantes que baña, el río puede ser considerado portador en exclusiva de aguas fecales. Hasta el punto de que, en los kilómetros en los que se concentran las cloacas de las urbes, el líquido elemento no alcanza los tres miligramos de oxígeno por litro, que es lo mínimo para acoger formas vivas. "Afortunadamente, el efecto no es acumulativo y sólo el 5% de la polución tiene origen químico. Por eso en diferentes trechos del río sobreviven los delfines", explica Bhadra Mishra.
Un proceso aún reversible
Hay solución. Pero desde que la propuso hace 30 años la Fundación Sankat Mochan, que dirige el profesor Mishra, poco se ha avanzado y la población sigue bañándose y bebiendo un agua que causa graves enfermedades, desde diarreas hasta cólera. "Es un grave problema de salud pública", asegura Mishra. Los datos que proporciona su laboratorio le dan la razón: la concentración de la bacteria fecal alcanza los dos millones por cada 100 mililitros de agua. La Organización Mundial de la Salud recomienda que esa cifra no supere los 500.
Una tarea más fácil de lo que se pensaba
Curiosamente, solucionar el problema es tarea sencilla. Tanto que con el diseño que la fundación ha elaborado en colaboración con universidades estadounidenses, no hace falta siquiera electricidad para poner en marcha la infraestructura de canalización y tratamiento de las aguas.
Eso sí, son necesarios 65 millones de dólares, una cifra modesta si se compara con la que el gobierno ha gastado en un sistema "sin pies ni cabeza", cuyas bombas sólo funcionan alimentadas por corriente eléctrica en una ciudad en la que los apagones son constantes, y que no está operativo durante los cuatro meses del monzón en los que el nivel del agua es demasiado elevado.
Ahora, después de un cuarto de siglo luchando contra la burocracia, después incluso de haber llevado a juicio al gobierno, el primer ministro del país, ha recibido a Mishra para asegurarle que su sistema, que canaliza el agua por acción de la fuerza de la gravedad y la limpia con ayuda de algas especiales, ha sido aprobado.
Falta de ayudas
"Pero no se han otorgado fondos para llevarlo a cabo. No hemos recibido ni una sola rupia del ejecutivo", comenta con una sonrisa burlona el director del proyecto. "Eso sí, - señala Mishra -, hemos involucrado a la gente y nos acompañan voluntarios que ayudan en el laboratorio y realizan donaciones, por lo menos para cubrir los gastos de la fundación e ir sumando hasta el punto en que podamos comenzar los trabajos necesarios".
A juzgar por lo austero del local, el lujo no tiene cabida en la fundación. "En cuanto tengamos el dinero necesario, harán falta unos cinco años para culminar el proyecto. Cuando comiencen las obras, ya no se podrán parar. Y el sistema servirá de ejemplo para otras ciudades a lo largo del Ganges y de otros ríos. Todos, turistas y población local, podran disfrutar de nuestro río mas sagrado en confianza. Hasta que llegue ese momento, todas las manos y las aportaciones serán bienvenidas", concluye el profesor.
Más información: Fundación Sankat Mochan
A cierta distancia, la escena puede parecer llena de misticismo, alegoría y de color: miles de hindúes cumplen el sagrado ritual que les lleva a bañarse en los ghat de Varanasi, los escalones que bajan a orillas de la venerada "Madre Ganges". Sin embargo, una mirada más detenida revela un buen número de objetos que flotan en el rio. Hay bolsas de plástico, maderos y algún resto humano procedente de las hogueras en las que se incinera a los muertos.
Limpiar el río Ganges
No hay mejor lugar para emprender el viaje hacia la reencarnación que el rio sagrado a su paso por la antigua Benarés, pero sin duda hay lugares mucho más deseables en el mundo, incluso en India, para darse un buen baño, "El Ganges está enfermo", el profesor Veer Bhadra Mishra, a quien la revista 'Time' nombró como uno de los siete héroes de la Tierra y al que la Universidad Nacional de Educación a Distancia premió por su campaña 'Limpiar el Ganges', no tiene dudas al respecto.
Portador en exclusiva de aguas fecales
A su paso por las cinco ciudades con más de un millón de habitantes que baña, el río puede ser considerado portador en exclusiva de aguas fecales. Hasta el punto de que, en los kilómetros en los que se concentran las cloacas de las urbes, el líquido elemento no alcanza los tres miligramos de oxígeno por litro, que es lo mínimo para acoger formas vivas. "Afortunadamente, el efecto no es acumulativo y sólo el 5% de la polución tiene origen químico. Por eso en diferentes trechos del río sobreviven los delfines", explica Bhadra Mishra.
Un proceso aún reversible
Hay solución. Pero desde que la propuso hace 30 años la Fundación Sankat Mochan, que dirige el profesor Mishra, poco se ha avanzado y la población sigue bañándose y bebiendo un agua que causa graves enfermedades, desde diarreas hasta cólera. "Es un grave problema de salud pública", asegura Mishra. Los datos que proporciona su laboratorio le dan la razón: la concentración de la bacteria fecal alcanza los dos millones por cada 100 mililitros de agua. La Organización Mundial de la Salud recomienda que esa cifra no supere los 500.
Una tarea más fácil de lo que se pensaba
Curiosamente, solucionar el problema es tarea sencilla. Tanto que con el diseño que la fundación ha elaborado en colaboración con universidades estadounidenses, no hace falta siquiera electricidad para poner en marcha la infraestructura de canalización y tratamiento de las aguas.
Eso sí, son necesarios 65 millones de dólares, una cifra modesta si se compara con la que el gobierno ha gastado en un sistema "sin pies ni cabeza", cuyas bombas sólo funcionan alimentadas por corriente eléctrica en una ciudad en la que los apagones son constantes, y que no está operativo durante los cuatro meses del monzón en los que el nivel del agua es demasiado elevado.
Ahora, después de un cuarto de siglo luchando contra la burocracia, después incluso de haber llevado a juicio al gobierno, el primer ministro del país, ha recibido a Mishra para asegurarle que su sistema, que canaliza el agua por acción de la fuerza de la gravedad y la limpia con ayuda de algas especiales, ha sido aprobado.
Falta de ayudas
"Pero no se han otorgado fondos para llevarlo a cabo. No hemos recibido ni una sola rupia del ejecutivo", comenta con una sonrisa burlona el director del proyecto. "Eso sí, - señala Mishra -, hemos involucrado a la gente y nos acompañan voluntarios que ayudan en el laboratorio y realizan donaciones, por lo menos para cubrir los gastos de la fundación e ir sumando hasta el punto en que podamos comenzar los trabajos necesarios".
A juzgar por lo austero del local, el lujo no tiene cabida en la fundación. "En cuanto tengamos el dinero necesario, harán falta unos cinco años para culminar el proyecto. Cuando comiencen las obras, ya no se podrán parar. Y el sistema servirá de ejemplo para otras ciudades a lo largo del Ganges y de otros ríos. Todos, turistas y población local, podran disfrutar de nuestro río mas sagrado en confianza. Hasta que llegue ese momento, todas las manos y las aportaciones serán bienvenidas", concluye el profesor.
Más información: Fundación Sankat Mochan
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