A los españoles se les han pintado como crueles, atrasados y fanáticos, y ellos mismos se lo han creído. Hoy los historiadores revisan aquella imagen exagerada y a veces falsa de España, v descubren los intereses de sus autores.
¿Pero, por qué tanta saña crónica los españoles? ¿A qué respondía esa sucesión de características negativas? La respuesta hay que buscarla en la posición de poder que adquirió nuestro país tras el descubrimiento de América y el posterior desarrollo del imperio en la época de Carlos I y de su hijo Felipe II.
A partir de entonces, los españoles fueron retratados en el exterior como individuos atrasados, fanáticos, crueles y poco agraciados; en palabras del Papa Julio II "unos herejes cismáticos, mezcla de judíos y marranos".
Similitudes con el antiamericanismo
Hoy, el historiador e hispanista francés Joseph Pérez recuerda que en aquel tiempo, la cultura dominante en Europa era la española y la moda imperante era la que surgía de España. "Como contrapartida, ese éxito provocó una reacción antiespañola similar a la que hoy se produce hoy con el imperialismo americano. Así surge la Leyenda Negra española", subraya este hispanista hijo de exiliados valencianos y criado en el sur de Francia.
Actualmente, la mayoría de los historiadores han revisado la negativa valoración que tenían de nuestro país los especialistas anglosajones y no pocos intelectuales españoles: "España es un país normal, con formas de vida y cultura homologables con las de otros países europeos, por lo menos desde finales de la Edad Media", concluye Pérez.
La creación de una nueva sociedad
En sintonía con las apreciaciones del historiador francés, el británico Hugh Thomas afirma que la España de Carlos V llevó a cabo una magnífica hazaña al crear una sociedad nueva en América, aportando la civilización cristiana pero apoyándose en las raíces profundas de la cultura indígena. Thomas, autor de la obra más completa sobre la conquista de México, considera que la Leyenda Negra tiene escaso fundamento y sostiene que "ya es hora de sacudirse el ridículo complejo de culpa que sienten todavía muchos españoles".
Los hispanistas proponen recuperar la verdad
Por su parle, Stanley Payne asegura que "resulta demasiado típico el juicio de que la conquista española de América fue uno de los episodios más lamentables de la historia. Tal vez exprese un resentimiento francés por haber perdido la Guerra de los Siete Años en 1763 y, con ella, la mayor parte de su imperio americano. En todo caso, parece reflejar los prejuicios típicos formados originalmente en el siglo XVI", comenta este historiador británico también especializado en temas relacionados con España.
En sintonía con las apreciaciones del historiador francés, el británico Hugh Thomas afirma que la España de Carlos V llevó a cabo una magnífica hazaña al crear una sociedad nueva en América, aportando la civilización cristiana pero apoyándose en las raíces profundas de la cultura indígena. Thomas, autor de la obra más completa sobre la conquista de México, considera que la Leyenda Negra tiene escaso fundamento y sostiene que "ya es hora de sacudirse el ridículo complejo de culpa que sienten todavía muchos españoles".
Los hispanistas proponen recuperar la verdad
Otro prestigioso historiador inglés, John Elliot, cree que la Leyenda Negra continuará todavía unos años hasta que logre triunfar la objetividad científica. "Es de esperar que cierto equilibrio se imponga antes de llegar al 600 aniversario del Descubrimiento de América", comentó con sorna este hispanista británico hace unos años, cuando de cara a 1992 España preparaba los actos oficiales para conmemorar los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo.
Por su parle, Stanley Payne asegura que "resulta demasiado típico el juicio de que la conquista española de América fue uno de los episodios más lamentables de la historia. Tal vez exprese un resentimiento francés por haber perdido la Guerra de los Siete Años en 1763 y, con ella, la mayor parte de su imperio americano. En todo caso, parece reflejar los prejuicios típicos formados originalmente en el siglo XVI", comenta este historiador británico también especializado en temas relacionados con España.
Ernesto Sábato y Octavio Paz
El escritor argentino Ernesto Sábato señala que la Leyenda Negra "fue comenzada por las naciones que querían suplantar al más poderoso imperio de la época, entre ellas Inglaterra, que cometió en el mundo entero atrocidades tan graves como las españolas pero agravadas por su clásico racismo". Sábato opina que si la Leyenda Negra fuera una verdad absoluta, los descendientes de aquellos indígenas avasallados deberían mantener atávicos resentimientos contra España, "y no sólo no es así, sino que dos de los más grandes poetas de la lengua castellana de todos los tiempos, Rubén Darío en Nicaragua y César Vallejo en Perú, eran mestizos y cantaron a España en poemas inmortales", subraya el escritor argentino.
Algo parecido opinaba el escritor" mexicano y Premio Nobel de Literatura en 1990 Octavio Paz: "No se puede pensar en términos de Leyenda Negra. Es evidente que el descubrimiento de América y la conquista estuvieron llenos de horrores, pero también de gestas gloriosas que no podemos dejar de lado, y creo sin temor a equivocarme que quienes lo definen como la conmemoración del genocidio de los pueblos americanos cometen un grave error, porque es históricamente falso y 'ahistórico' por definición".
Los artífices de la Leyenda Negra
Muchos panfletos de protestantes ingleses, alemanes y flamencos -como El libro de los mártires (1554), de John Foxe- denunciaron la pleitesía que rendía el imperio español a la Inquisición y tacharon a Felipe II de fanático religioso que veía herejes por todos lados.
Algo parecido opinaba el escritor" mexicano y Premio Nobel de Literatura en 1990 Octavio Paz: "No se puede pensar en términos de Leyenda Negra. Es evidente que el descubrimiento de América y la conquista estuvieron llenos de horrores, pero también de gestas gloriosas que no podemos dejar de lado, y creo sin temor a equivocarme que quienes lo definen como la conmemoración del genocidio de los pueblos americanos cometen un grave error, porque es históricamente falso y 'ahistórico' por definición".
Los artífices de la Leyenda Negra
Muchos panfletos de protestantes ingleses, alemanes y flamencos -como El libro de los mártires (1554), de John Foxe- denunciaron la pleitesía que rendía el imperio español a la Inquisición y tacharon a Felipe II de fanático religioso que veía herejes por todos lados.
En 1581, Guillermo de Orange escribió su Apología, donde acusaba al Duque de Alba de ser el perro de presa de Felipe II y de firmar en su nombre miles de ejecuciones y expolios en Flandes. También sostenía que el rey español había mandado matar a su hijo Carlos y a su mujer Isabel de Valois.
Por su parte, el intrigante secretario de Felipe II Antonio Pérez, despechado contra el rey, escribió con ayuda de Isabel I de Inglaterra otro libelo que encendió en Europa un sentimiento antiespañol.
En Francia, Montesquieu escribió en una de sus Cartas persas sobre españoles y portugueses que "la gravedad es el rasgo más brillante de ambas naciones; se manifiesta principalmente de dos maneras: en las gafas y en los bigotes". Tras tachar de vagos -"enemigos invencibles del trabajo"-, beatos e intransigentes a los ibéricos, afirmando que no gozaban de tranquilidad filosófica "porque siempre están enamorados".
Para Voltaire, las matemáticas jamás se cultivaron entre los españoles, cuyas ocupaciones principales eran "la guitarra, los celos, la devoción religiosa, las mujeres y el lenguaje por señas".
Por su parte, el intrigante secretario de Felipe II Antonio Pérez, despechado contra el rey, escribió con ayuda de Isabel I de Inglaterra otro libelo que encendió en Europa un sentimiento antiespañol.
En Francia, Montesquieu escribió en una de sus Cartas persas sobre españoles y portugueses que "la gravedad es el rasgo más brillante de ambas naciones; se manifiesta principalmente de dos maneras: en las gafas y en los bigotes". Tras tachar de vagos -"enemigos invencibles del trabajo"-, beatos e intransigentes a los ibéricos, afirmando que no gozaban de tranquilidad filosófica "porque siempre están enamorados".
Para Voltaire, las matemáticas jamás se cultivaron entre los españoles, cuyas ocupaciones principales eran "la guitarra, los celos, la devoción religiosa, las mujeres y el lenguaje por señas".
Los ataques no solo desde el extranjero
Durante varios siglos, la historiografía anglosajona ha venido difundiendo la idea de que lo que conocemos como civilización moderna -el desarrollo técnico y económico, la ciencia, el progreso, la tolerancia- era hija de la reforma protestante, y que las naciones latinas y católicas como Francia, España, Portugal o Italia eran incapaces de integrarse a ese modelo cultural.
En cualquier caso, los ataques no sólo provenían del exterior. Joseph Pérez cree que muchos españoles asumieron la Leyenda Negra y contribuyeron a cimentarla. Entre ellos, un hombre tan culto como Manuel Azaña, una de las personalidades más importantes del siglo XX español, que llegó a decir que "durante nuestro sueño, las demás naciones han reinventado una civilización, de la cual no participamos, cuyo rechazo sufrimos y a la que hemos de incorporarnos o dejar de existir".
Durante varios siglos, la historiografía anglosajona ha venido difundiendo la idea de que lo que conocemos como civilización moderna -el desarrollo técnico y económico, la ciencia, el progreso, la tolerancia- era hija de la reforma protestante, y que las naciones latinas y católicas como Francia, España, Portugal o Italia eran incapaces de integrarse a ese modelo cultural.
En cualquier caso, los ataques no sólo provenían del exterior. Joseph Pérez cree que muchos españoles asumieron la Leyenda Negra y contribuyeron a cimentarla. Entre ellos, un hombre tan culto como Manuel Azaña, una de las personalidades más importantes del siglo XX español, que llegó a decir que "durante nuestro sueño, las demás naciones han reinventado una civilización, de la cual no participamos, cuyo rechazo sufrimos y a la que hemos de incorporarnos o dejar de existir".
Asimismo, los nacionalismos catalán y vasco han usado de manera interesada esta leyenda negra con el fin de degradar la imagen del país ante sus ciudadanos y buscar ese hecho diferencial, no solo en la lengua, también en la historia.
Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios
Uno de los libros más importantes para el desarrollo de la Leyenda Negra fue una versión adulterada de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas, que fue editada de forma fragmentaria en 1598. Aquel libelo incluía grabados del famoso impresor flamenco Teodoro De Bry que desorbitaban la crueldad de los españoles con los indígenas.
Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios
Uno de los libros más importantes para el desarrollo de la Leyenda Negra fue una versión adulterada de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas, que fue editada de forma fragmentaria en 1598. Aquel libelo incluía grabados del famoso impresor flamenco Teodoro De Bry que desorbitaban la crueldad de los españoles con los indígenas.
En realidad, la obra original del dominico español, publicada en Sevilla en 1552, fue un encargo de la Junta de Valladolid para que Bartolomé de Las Casas presentara por escrito y en tono denunciante, aunque no de forma tan exagerada, sus alegaciones sobre la colonización en América.
El objetivo que perseguía la Junta era convencer al emperador Carlos V de la necesidad de aprobar medidas resolutivas para aliviar el trato a los colonizados. Los instigadores de la Leyenda Negra no mencionaron que en 1516 el padre Las Casas había sido nombrado "defensor de los indios" por el regente Cardenal Cisneros, lo que demostraba un genuino interés de la Corona española por sus nuevos súbditos. Algo de lo que no pudo vanagloriarse, por ejemplo, el rey Leopoldo III de Bélgica, cuya aventura colonialista en el Congo causó la muerte a millones de personas en pleno siglo XIX.
El supuesto genocidio en América
La Conquista tuvo luces y sombras pero, al contrario de lo que ocurrió en América del Norte, la zona del continente que estuvo en manos de España es hoy mestiza porque los conquistadores no tuvieron reparo en mezclarse con tos pueblos conquistados. España fue la primera potencia colonial que discutió públicamente los derechos de los indios.
El supuesto genocidio en América
La Conquista tuvo luces y sombras pero, al contrario de lo que ocurrió en América del Norte, la zona del continente que estuvo en manos de España es hoy mestiza porque los conquistadores no tuvieron reparo en mezclarse con tos pueblos conquistados. España fue la primera potencia colonial que discutió públicamente los derechos de los indios.
Países como Holanda, Francia y Estados Unidos -que apenas ofreció unas míseras tierras a los pocos indígenas que sobrevivieron a la Conquista del Oeste- no promulgaron leyes para proteger a sus colonizados. Cualquier historiador serio sabe que la disminución de la población indígena se debió sobre todo a las enfermedades que los españoles llevaron de Europa, como la viruela y la gripe.
A diferencia de lo que sucedió en Estados Unidos, España creó colegios y universidades en ultramar. Si los conquistadores hubieran sido tan intolerantes no habrían educado a sus colonizados. Hoy, junto a la lengua española, los indios conservan también tas suyas propias.
La expansión ultramarina de España fue el otro gran argumento utilizado por los instigadores de la Leyenda Negra. Las nuevas potencias emergentes del continente -Francia, Gran Bretaña y Holanda- se lanzaron contra el país que les disputaba los territorios del Nuevo Mundo y negaron a la nación española su derecho a mantener su imperio. Para ello nada mejor que fabricar una campaña propagandista sobre las crueldades que cometieron los conquistadores en América.
No cabe duda de que la evangelización y la idea de imperio fueron utilizadas para esclavizar a los
pueblos indígenas, pero también es cierto que los monarcas españoles impulsaron la protección de los aborígenes, tarea que fue encomendada a las órdenes religiosas y que no tuvo reflejo en las colonizaciones llevadas a cabo por otros países.
No cabe duda de que la evangelización y la idea de imperio fueron utilizadas para esclavizar a los
pueblos indígenas, pero también es cierto que los monarcas españoles impulsaron la protección de los aborígenes, tarea que fue encomendada a las órdenes religiosas y que no tuvo reflejo en las colonizaciones llevadas a cabo por otros países.
A aquel gesto evangelizador, la Corona añadió una obra de integración cultural en el Nuevo Mundo que se plasmó en la construcción de ciudades muy bien organizadas en las que además de catedrales e iglesias había escuelas y centros docentes. En 1551, los dominicos fundaron en Lima, hoy capital de Perú, por decreto de Carlos V, la Universidad de San Marcos, que es la más antigua de América.
La Inquisición y Torquemada
Aunque no se puede negar el protagonismo represivo de la Inquisición ni el de su más siniestro ideólogo, Tomás de Torquemada y el Santo Oficio que dirigía fue un poderoso instrumento en manos de los reyes españoles para mantener en la Península una cohesión religiosa que faltó en otros países de nuestro entorno.
Aunque no se puede negar el protagonismo represivo de la Inquisición ni el de su más siniestro ideólogo, Tomás de Torquemada y el Santo Oficio que dirigía fue un poderoso instrumento en manos de los reyes españoles para mantener en la Península una cohesión religiosa que faltó en otros países de nuestro entorno.
La Inquisición impidió que España fuera un teatro de guerra de religión, tal y como ocurrió en Francia y Alemania con la aparición de la Reforma. Julián Juderías se preguntaba en su libro: "¿qué habría sucedido si Castilla hubiera seguido siendo católica y Aragón se hubiera hecho calvinista y Cataluña luterana?".
Sin duda, España se mostró intolerante en su defensa de la unidad religiosa, pero su intolerancia fue similar a la que exhibió Isabel I cuando declaró la guerra a los católicos, lo que causó un baño de sangre en Inglaterra.
Se calcula que en los quince años que estuvo Tomás de Torquemada al frente del Santo Oficio fueron quemados en la hoguera entre 4.000 y 8.000 judíos conversos y un número menor de moriscos. Sin embargo, y sin ánimo de dulcificar lo que fue una represión salvaje, aquellos ajusticiamientos fueron comunes e incluso mayores en otros lugares de Europa.
Se calcula que en los quince años que estuvo Tomás de Torquemada al frente del Santo Oficio fueron quemados en la hoguera entre 4.000 y 8.000 judíos conversos y un número menor de moriscos. Sin embargo, y sin ánimo de dulcificar lo que fue una represión salvaje, aquellos ajusticiamientos fueron comunes e incluso mayores en otros lugares de Europa.
La quema de herejes no fue "typical spanish"; en Europa también hubo persecuciones religiosas. Si la Inquisición española fue culpable de la muerte de miles de supuestos herejes, en Francia, por ejemplo, hubo matanzas religiosas tan salvajes como la de la Noche de San Bartolomé -arriba-, en que las milicias burguesas católicas de Carlos IX pasaron a cuchillo a 5.000 hugonotes.
La expulsión de los judíos
La decisión de España de expulsar a los moriscos y judíos fue uno de los puntos centrales de esa propaganda que pretendía difamar el imperio más poderoso del momentos. Tanto el exilio forzoso a que fueron obligados los primeros como la expulsión masiva de los segundos fueron dos decisiones terribles y sin sentido si las valoramos en el siglo XXI.
La decisión de España de expulsar a los moriscos y judíos fue uno de los puntos centrales de esa propaganda que pretendía difamar el imperio más poderoso del momentos. Tanto el exilio forzoso a que fueron obligados los primeros como la expulsión masiva de los segundos fueron dos decisiones terribles y sin sentido si las valoramos en el siglo XXI.
Sin embargo, hay que situarlas en el contexto de su época, ya que tuvieron sus antecedentes y sus réplicas en toda Europa. En Inglaterra, las comunidades hebraicas fueron obligadas a partir al exilio en 1290, en Francia en 1306, en Brandemburgo en 1510 y en Baviera en 1554. Los ataques a esa minoría religiosa fueron frecuentes en todo el continente europeo y se sucedieron durante décadas hasta llegar el siglo XX.
En cuanto a la expulsión de los moriscos, cabría recordar los desplazamientos de población que se ordenaron en Europa tras la II Guana Mundial o las barbaridades que cometieron las potencias coloniales europeas en África a lo largo del siglo XIX.
También conviene tener presente que los Estados Unidos nacieron de las colonias puritanas y de la sociedad esclavista del Sur. "La expansión hacia el Oeste a lo largo del siglo XIX implicó la destrucción de los pueblos indios. La Guerra de Secesión fue una verdadera masacre", afirma Fusi. Pero lo grave es que la abolición de la esclavitud lograda tras esa contienda civil no puso fin al problema del racismo hasta el último cuarto del siglo XX.
En cuanto a la expulsión de los moriscos, cabría recordar los desplazamientos de población que se ordenaron en Europa tras la II Guana Mundial o las barbaridades que cometieron las potencias coloniales europeas en África a lo largo del siglo XIX.
También conviene tener presente que los Estados Unidos nacieron de las colonias puritanas y de la sociedad esclavista del Sur. "La expansión hacia el Oeste a lo largo del siglo XIX implicó la destrucción de los pueblos indios. La Guerra de Secesión fue una verdadera masacre", afirma Fusi. Pero lo grave es que la abolición de la esclavitud lograda tras esa contienda civil no puso fin al problema del racismo hasta el último cuarto del siglo XX.
Un país atrasado e inculto
El desarrollo literario que alcanzó España durante los siglos XVI y XVII fue superior al de otras naciones durante ese periodo, "lo que demuestra que la Inquisición no apagó la inspiración de nuestros literatos", subraya Julián Juderías en La Leyenda Negra.
El desarrollo literario que alcanzó España durante los siglos XVI y XVII fue superior al de otras naciones durante ese periodo, "lo que demuestra que la Inquisición no apagó la inspiración de nuestros literatos", subraya Julián Juderías en La Leyenda Negra.
Las obras de Hurtado de Mendoza, Luis de Góngora, Tirso de Molina, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca, Cervantes, Garcilaso, Lope de Vega y tantos otros prueban aquella vitalidad creadora que propició un verdadero Siglo de Oro. La España imperial no vivió aislada de Europa, sino que ejerció sobre ella una gran influencia; tenia un pie en Perú y México y otro en Alemania y Flandes.
De España se decía que era un imperio de ejércitos que jamás incubó a grandes científicos, pero se olvidan de Miguel Servet o del botánico Hipólito Ruiz. Españoles fueron los primeros que exploraron el océano Pacífico y las junglas americanas; Nebrija, que intentó trazar el mapa de variaciones magnéticas antes que Humboldt; Andrés García de Céspedes y sus Teorías de los planetas, y el "tenebroso" Felipe II, que ordenó la creación de la Academia de Matemáticas y del monasterio de El Escorial con su impresionante biblioteca. También lo fueron muchos grandes navegantes, geógrafos, pintores, médicos o arquitectos de la época.
De España se decía que era un imperio de ejércitos que jamás incubó a grandes científicos, pero se olvidan de Miguel Servet o del botánico Hipólito Ruiz. Españoles fueron los primeros que exploraron el océano Pacífico y las junglas americanas; Nebrija, que intentó trazar el mapa de variaciones magnéticas antes que Humboldt; Andrés García de Céspedes y sus Teorías de los planetas, y el "tenebroso" Felipe II, que ordenó la creación de la Academia de Matemáticas y del monasterio de El Escorial con su impresionante biblioteca. También lo fueron muchos grandes navegantes, geógrafos, pintores, médicos o arquitectos de la época.
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