

Un artista insólito
Las cámaras submarinas pronto detectaron al autor de estos mosaicos, un pequeño pez globo, un manjar muy apreciado en Japón pese a ser venenoso, que con su cuerpo iba dibujando día y noche los misteriosos círculos. Incluso, el pez llega a “decorar" el mosaico con algunas conchas y piedras de pequeño tamaño. Sin duda, todo un artista.
Análisis posteriores revelaron que el pez globo utiliza estos círculos como estrategia para atraer a las hembras y para proteger a las crías de las corrientes marinas.
Este hallazgo evidencia que el arte no es exclusivo del ser humano y que la naturaleza es capaz de plasmar la belleza de modos inverosímiles
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