lunes, 29 de julio de 2013

Premoniciones: catorce años antes del naufragio del Titanic

Las premoniciones, más o menos comprobadas, se cuentan por miles. La mayoría se refiere a anécdotas personales, pero algunas se relacionan con sucesos mundialmente conocidos y han sido reveladas con anticipación, antes incluso de que el suceso ocurriera.

La más famosa de estas premoniciones es el tema de una novela corta titulada "Futility" escrita por el norteamericano Morgan Robertson, quien, catorce años antes de la catástrofe del Titanic, predice con todo lujo de detalles el naufragio de un barco denominado con un nombre parecido, Titán. Las coincidencias entre la novela de Robertson y el naufragio del Titanic son asombrosas. 

Una obra profética

Nacido en 1861, Morgan Robertson es un escritor que se especializa en historias del mar y que ha sido injustamente olvidado en nuestros días. Uno solo de sus libros, "Futility", escrito en 1898, lejos de ser el mejor que escribiera, le ha valido, sin embargo, cierta fama póstuma. 

Esta novela corta sobre la debilidad del hombre frente a la fuerza del destino relata el naufragio del "transatlántico más grande construido por el hombre", el Titán. El barco colisiona contra un témpano y se hunde, llevando a la muerte a la mayoría de sus pasajeros por falta de suficientes botes salvavidas. 

Coincidencias asombrosas entre el Titán y el Titanic 

Pero las coincidencias con el naufragio del Titanic no se detienen allí: el conjunto de concordancias es, en efecto, sorprendente. He aquí algunas de ellas, y entre paréntesis, los hechos equivalentes relacionados con el Titanic: travesía en el mes de abril (10 de abril de 1912), 70,000 toneladas de desplazamiento (60.000), eslora 800 pies (882,5), tres hélices (la misma), velocidad máxima 24 a 25 nudos (idéntica), capacidad máxima 3000 pasajeros (la misma), 2,000 pasajeros a bordo (2.2301, 24 botes salvavidas (20), 19 compartimentos estancos (15), tres motores (3 también), rotura del casco a estribor (similar). 
Ahora bien, la novela "Futility" fue escrita nueve años antes de la construcción del Titanic, incluso antes de que se concibiera este proyecto, lo que excluye, evidentemente, que se haya inspirado en información real.

El colaborador astral de Morgan Robertson 

Morgan Robertson declaró durante toda su vida que su inspiración venía de un "colaborador astral", es decir, de un espíritu que le guiaba e inspiraba sus trabajos literarios. 

Esta es la única respuesta que daba para explicar estas coincidencias extraordinarias entre la ficción y la realidad. A pesar de la reedición de su obra, no recoge los frutos de su sorprendente premonición después del naufragio del Titanic, ya que los lectores prefieren conocer los detalles sensacionales de la investigación en vez de la ficción, aunque esta esté marcada por esta extraña casualidad. 



Joseph Stalin: el máximo exponente de la crueldad en la época soviética

En su paranoia, el líder de la Unión Soviética se creyó rodeado de traidores y ordenó el asesinato y deportación de millones de personas.

Durante un cuarto de siglo, el régimen de terror que estableció en la Unión Soviética el georgiano Joseph Visarionovich Stalin causó la muerte a millones de personas; y sin embargo, la derrota de la Alemania nazi no habría sido posible sin la decisiva aportación de la impresionante máquina bélica soviética.

De familia humilde 

Stalin nació en el seno de una humilde familia de Gorí, una pequeña localidad del Cáucaso en una región dominada por la Rusia de los zares. Aunque se crió en la más absoluta miseria, su madre, que tuvo que sacar adelante por sí sola a la familia cuando murió su marido, logró inscribirle en el seminario ortodoxo de Tblísi, lo que le permitió abandonar aquel en­torno empobrecido. 

Sus inicios marxistas 

Tenía entonces 14 años, pero no permanecería más de cinco en ese lugar: en el monasterio, Stalin - un apodo que deriva del ruso stal, acero - entró en contacto con grupos marxistas e inició mía campaña de agitación que motivó su expulsión. Según el político León Trotsky, asesinado en 1940 por or­den de Stalin, "cuando dejó el seminario llevó consigo una hostilidad feroz contra la administración docente, la burguesía y todo cuanto encarna­ba el zarismo: contra toda autoridad"

domingo, 28 de julio de 2013

El misterioso caso del Mary Celeste

Desde siempre, el mar ha ejercido una profunda fascinación en las mentes, dando origen a un sin número de histo­rias difundidas por marinos de imagina­ción encendida. Una de ellas, el enigma de la Mary Celeste, contribuye a mante­ner el mito de los barcos fantasmas. 

El 5 de diciembre de 1872, el Dei Gratias, bajo las órdenes del capitán Morehouse, se encuentra a unas 600 millas de las costas portuguesas, cuando se cruza con un barco, el Mary Celeste, que zigzaguea curiosamente y cuyas velas están casi todas desplegadas. 

Una tripulación desaparecida 

Al no responder la nave a las señales, Morehouse la alcanza y pide a tres de sus hombres que suban a bordo. Los marineros recorren la nave, que se encuentra desierta y sin sus botes salvavidas. En la bodega descubren 1.700 toneles de alcohol y víveres para, por lo menos, seis meses. El barco está en buen estado, a pesar de la gran cantidad de agua acumulada en la entrecubierta y las bodegas.

sábado, 27 de julio de 2013

El hundimiento del Wilhelm Gustloff: una tragedia mayor que la del Titanic

La catástrofe marítima más célebre de la his­toria es, sin duda, el hundimiento del Titanic, pero pocos saben que otro naufragio, el del buque alemán Wilhelm Gustloff, superó en cinco veces el número de fallecidos del famoso transatlántico. 


El hundimiento del buque alemán Wilhelm Gustloff (en la imagen) en 1945 
ha sido el mayor desastre maríti­mo de la Historia. El buque fue bautizado así
en honor a un líder nacionalsocialista suizo asesinado en 1936. 
El navío Wilhelm Gustloff ha­bía sido construido para realizar cruceros de placer, pe­ro en enero de 1945, estaba siendo utilizado para salvar a los civiles alemanes del avance de las tropas rusas, las cuales, estaban realizando una cruel represión en tierras germánicas.

Armas biológicas y químicas durante la Segunda Guerra Mundial

Entre 1932 y 1945, las fuerzas armadas japonesas atacaron once ciudades chi­nas con agentes tan mortíferos como la toxina botulimica y el ántrax. 

También utili­zaron gérmenes del cólera y la fiebre tifoidea en varias provincias del este y centro de China. Se calcula que más de 200.000 chinos murieron de peste bubónica, cólera, ántrax y otras enfermedades.

La guerra biológica

Desde 1938, un ambicioso programa de guerra biológica, a cuya cabeza estuvo el Teniente general Shiro Ishii, realizó experi­mentos con prisioneros de guerra, entre ellos soldados británicos y estadounidenses, en el Campo de Mukden, en el noreste de China, inicialmente, Ishii mandó una reducida uni­dad secreta, la Tógo, de unos 300 bombres, que, rápidamente, aumentó sus efectivos.

Centros de experimentación con prisioneros

En Beiyine, a unos 70 km de distancia de Harbin, se instaló el primero de los campos experimentales de guerra biológica pero luego les seguirían otras instalaciones, como la de la famosa Unidad 731 de Pingfan, una zona desolada de Manchuria donde se levantaron laboratorios, zonas administrativas, dormito­rios para trabajadores y barracones de prisio­neros que ocuparon una extensión superior a seis kilómetros cuadrados. 

Una historia oculta

Concluida la guerra, el programa había producido y alma­cenado media tonelada de ántrax y diseñado bombas especiales para diseminarlo. La Uni­dad 731 realizó, además, un millar de autopsias de personas, incluyendo mujeres y niños que, previamente, habían sido expuestos a aerosoles diseminadores de ántrax. 

Así, se calcula que al menos 3.000 prisioneros chi­nos murieron a causa de estas pruebas. En 1945, el campo fue destruido, eliminando de esta forma todo vestigio de lo allí ocurrido. 

La guerra de Sidi Ifni: el último conflicto

Hace más de 50 años, España se vio envuelta en un conflicto por la defensa de los últimos pedazos de su Imperio colonial. 

La Guerra de Ifni-Sahara, corta, sangrienta y desconocida, tan sólo sirvió para mostrar la pobreza de nuestras Fuerzas Armadas y el valor de nuestros soldados.

A finales de la década de los cincuenta las colonias españolas en el África Occidental no servían más que para satisfacer los sueños imperiales del Régimen. Ifni era un pedregal, apenas habitado por una tribu, los Ait Baamarán, más deseosos de incorporarse al nuevo Marruecos independiente que seguir bajo la tutela española.

Ocupación española intermitente desde el siglo XV

Su ocupación había sido efectuada por la expedición del coronel Fernando Capaz en 1934, aunque la presencia española se remontaba a los Reyes Católicos, cuando Diego García de Herrera Fundó Santa Cruz de Mar Pequeña. Allí se desarrolló un activo tráfico de esclavos pero, a raíz del tratado de Sintra con Portugal (1509) entró en un lento declive que culminó con su destrucción por los indígenas en 1524. 

Durante la Segunda República, España regresó al territorio, aun cuando el emplazamiento de la nueva colonia de Ifni no coincidiera con el de la desaparecida Santa Cruz de Mar Pequeña. La población española estaba concentrada en la capital, Sidi Ifni, y en una serie de puestos militares diseminados por el territorio y sumamente vulnerables. 

Por su parte, el Sahara era un inmenso arenal que disponía de un rico banco pesquero poco trabajado todavía y de yacimientos de fosfatos en Bu Craa, aún poco conocidos y sin explotar. Sus habitantes, tribus nómadas dedicadas al pastoreo, ignoraban a los españoles en tanto su presencia no afectara a sus actividades tradicionales.

Intereses comerciales 

La popular Carmen Sevilla se desplazó hasta Ifni para amenizar las navidades 
de los soldados españoles.
El interés español por el Sahara estaba vinculado a las actividades pesqueras de canarios y andaluces y al deseo de proteger sus intereses comerciales frente a las apetencias de otras potencias. El Tratado de Tetuán (1860) concedía a España el derecho a establecer una factoría comercial en el litoral saharaui, pero hasta octubre de 1884, con la expedición de Emilio Bonelli, no se tomó posesión del territorio, declarando bajo protectorado español toda la región que se extendía entre el Cabo Bojador (norte) hasta el Cabo Blanco (sur). 

Las guarniciones españolas en el Sahara

La ocupación efectiva llegó dos décadas después (1904) con la expedición militar del capitán Francisco Bens, que estableció tres guarniciones en la costa (La Güera, Villa Cisneros y Villa Bens), a partir de las cuales penetró la influencia española en el interior.

martes, 23 de julio de 2013

El tesoro inalcanzable de la Isla de Oak

La isla de Oak ( la isla del roble) es una pequeña isla situada en la costa este de Canadá. 

Todo comenzó en 1795. cuando al joven Daniel McGinnis. que paseaba tranquilamente, le llamó poderosamente la atención una hondo­nada en el terreno que había junto a un viejo roble, en cuyas ramas asomaba una especie de polea, parecida a las usadas en los barcos.

La leyenda de la isla de Oak

Al día siguiente. Daniel regresó acompa­ñado de dos amigos que conocían las le­yendas locales sobre piratas y tesoros es­condidos y comenzaron a excavar. Pronto se dieron cuenta de que la hondonada es­condía un pozo muy peculiar. A medida que avanzaban, encentraban cada tres me­tros una plataforma de tablas de madera de roble. Al llegar al tercer nivel tuvieron que abandonar la empresa porque era de­masiado complicada para ellos.

Así nació la leyenda de la isla de Oak. y desde entonces el pozo es conocido como Money Pit es decir, el "pozo del dinero".

Un descubrimiento muy particular

A comienzos de 1800. la empresa pri­vada Onslow Company. dando crédito a los rumores que hablaban de un tesoro es­condido, retomó las excavaciones. En esta ocasión también encontraron niveles de carbón y de arcilla, pero, sobre todo, de fi­bras de coco, que tenían que proceder de lugares lejanos puesto que en Canadá no existen cocoteros.

Cuando llegaron a los 30 m de profun­didad, la moral de los hombres se elevó por las nubes: se habían encontrado con una enorme lápida de piedra que tema unas inscripciones indescifrables.

lunes, 22 de julio de 2013

Historia de la corrupción en España: el Caso Ibercorp

Estalló en febrero de 1992, en las páginas del diario El Mundo. Mariano Rubio y Manuel de la Concha, principales protagonistas 

Se trataba de un presunto delito de trafico de influencias, cometido por Mariano Rubio cuando era gobernador del Banco de España, al conceder un crédito de 5.400 millones de pesetas al banco Ibercorp, propiedad de su amigo Manuel de la Concha, ex síndico de la Bolsa de Madrid. 

Mariano Rubio y Manuel de la Concha en la cárcel 

Este estuvo acusado, a su vez, de supuestos delitos de estafa, falsedad y maquinación para alterar el precio de las cosas. Por este motivo, Rubio y De la Concha pasaron varias semanas en la cárcel de Carabanchel en prisión preventiva. 

El Caso Rubio: Solchaga deja su escaño 

Además, el juzgado de Instrucción nº 6 de Madrid sigue contra ambos otra causa penal, el Caso Rubio, por un delito contra la hacienda pública y falsedad de documento mercantil. El ex gobernador del Banco de España había logrado irregularmente unos beneficios de 115 millones de pesetas, tras la salida a Bolsa de la sociedad de sistemas AF, propiedad de Manuel de la Concha, que no declaró a Hacienda. 

El Caso Ibercorp hizo dimitir al Ministro de Agricultura, Vicente Albero, y el ex Ministro de Economía, Carlos Solchaga, hubo dejar su escaño de diputado.

La Maldición del Holandés Errante

A lo largo de la historia, navíos que zarparon hacia destinos lejanos han naufragado vencidos por las fuerzas de la naturaleza. Algunos no han ido a parar en el inmenso cementerio de las profundidades y continúan surcando los mares. El Holandés errante forma parte de esta flota espectral. 

Muchos marineros afirman haber sido testigos de numerosas apariciones. El más cele­bre de ellos es el joven duque de York, el futuro rey Jorge V de Inglaterra. 

Un testigo de la realeza

El duque, entonces de dieciséis años, navega como alférez de la Royal Navy, a bordo de la Bacchante, que da la vuelta al mundo. En la noche del 11 de julio del año 1831, mientras la nave se encuentra a la altura de las costas australianas, una luz brilla repentinamente en la oscuridad y, a doscientos metros más o menos, surge contándole el camino un bergantín rodeado de un halo rojizo siniestro. 

Los mástiles y las vergas del buque fantasma se destacan claramente en esta extraña luz fosforescente. El alférez de tumo es enviado inmediatamente al castillo de proa, pero el buque ya había desaparecido misteriosamente en la noche clara y el hombre no pudo ver nada. El duque de York y doce miembros de la tripulación fueron incrédulos espectadores de este extraño fenómeno. El futuro Jorge V estaba persuadido de haber visto al célebre ´"Holandés Errante", aún cuando el tipo de barco no se correspondía realmente.

Esa misma noche, se cuenta que el marinero que fue el primero en ver el navío espectral cayó de uno de los mástiles y se mató. Semanas después, murió el almirante de la flota. Para algunos, estos hechos dramáticos estarían relacionados con la extraña visión, a la que no se ha encontrado explicación. 

Cuaderno de Bitácora de la Bacchante

'A las 4 de la mañana, un bergantín pa­só por nuestra proa, como a trescientos metros rumbo a nosotros. Una extraña luz roja alum­braba el mástil, el puente y las telas. El hombre de la serviola lo señala desde la proa, también lo hace el teniente de guardia. Un alférez fue enviado a la vigía pero, esta vez, no vio nin­gún rastro o signo de navío alguno. Trece per­sonas fueron testigos de la aparición, la noche estaba clara y el mar tranquilo. El Tourmaline y el Cleopaire. que navegaban por estribor de­lante de nosotros, preguntaron por señales, si es que habíamos visto la extraña luz roja.' 

domingo, 21 de julio de 2013

La carrera por el control del Artico

Cinco países reclaman su derecho a explotar las riquezas del Ártico

La carrera por llegar primero al Polo Norte fue ganada en 1909 por Robert Peary. Un siglo después, los países ribereños del océano Ártico han emprendido una nueva carrera, esta vez para reivindicar su soberanía y quedarse con sus riquezas. Y todo a causa del cambio climático.

Un mar de hielo en retroceso

A diferencia de la Antártida, que es un continente cubierto por hielos, el Ártico es un océano helado. Lo cubre una inmensa capa helada que en verano reduce su superficie. Pero los últimos da­tos científicos son abrumadores: cada vez hay menos hielo y éste es menos espeso. Hay glació­logos que vaticinan que hacia 2020 se derretirá por completo en verano. ¿Consecuencias? Un ca­taclismo ecológico para la fauna, pero también la posibilidad de explotar bancos de pesca y reservas de minerales, petróleo y gas del subsuelo marino.


Reivindicaciones de soberanía


En el verano de 2007, un minisubmarino ruso exploró el lecho marino del Polo Norte, a 4.200 metros de profundidad, y reivin­dicó su soberanía. Moscú argumenta que las cor­dilleras submarinas Lomonósovy Mendeléev son una prolongación de su plataforma conti­nental y reclama casi la mitad del océano Artico, más allá de sus 200 millas de aguas territoriales. 

El Polo Norte: uno de los puntos más conflictivos del planeta en un futuro 

Argumentos similares presentan los otros cuatro países ribereños: Canadá, Noruega, Dinamarca (desde Groenlandia) y Es­tados Unidos (en Alaska). Hasta ahora reclamaban sólo sus aguas territoriales y el resto del Artico se con­sideraba aguas internacionales. 

Pero si se aceptan sus nuevas reivindicaciones, casi todo el océano -y su riqueza- será para ellos. No sólo eso: mu­chas zonas son reclamadas por dos o más países. Lo que, sumado a los litigios que ya hay entre ellos por la delimitación de sus 200 millas, puede con­vertir al Ártico en uno de los puntos más confíictivos del planeta en un futuro próximo. 

La violencia contra la iglesia en la Guerra Civil española

La persecución religiosa fue atroz durante la guerra civil española. 

Uno de sus principales estudiosos, Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz, sostiene que en toda la historia universal de la Iglesia católica no hay un solo precedente, ni siquiera en las persecuciones romanas iniciadas bajo el terror de Nerón, a mediados del siglo I de nuestra era, de tanto derramamiento de sangre (una docena de obispos, 4.000 sacerdotes y más de 2.000 religiosas) en tan breve espacio de tiempo.