jueves, 23 de abril de 2020

Angkor: la ciudad oculta de los jemeres

 Atacado varias veces a lo largo de su historia, el imperio jemer sucumbió en el siglo XV y su antigua capital cayó en el abandono, hasta que Henri Mouhot la redescubrió en 1860.

Casi un centenar de templos se oculta entre la jungla camboyana. Estas construcciones sagradas de hace ocho siglos intentan sobrevivir ante el feroz ataque de la vegetación tropical. 


Enormes árboles se encaraman hacia el cielo surgiendo de foma inverosímil del techo del edificio, mientras sus raíces se abrazan a los muros con firmeza. En el suelo, pedazos de esculturas impiden avanzar. Parece el decorado de una película de aventuras, pero no, es el templo de Preah Khan, en el com­plejo de Angkor al noroeste de Camboya.

martes, 14 de abril de 2020

Los acantilados de Napali: un paraiso en Hawai

Kauai, la "isla jardín" del archipiélago, esconde el paisaje más hermoso de Hawai

Los polinesios dicen que las islas Hawai fue­ron creadas por Pele, la diosa que engendra la lava y los volcanes- Los geólogos podrían matizar que se trata de una deidad muy joven: en sólo seis millones de años ha alumbrado 132 islas. Sus evoluciones bajo el lecho oceánico se pueden rastrear como los de un topo en un prado.

Kirguizistán: un mundo olvidado

La ex república soviética lucha por darse a conocer al resto del mundo, teniendo como base el respeto a su cultura más ancestral: la de los nómadas de las montañas.

Dormir con una familia de nómadas junto a un lago a más de 3.000 metros de altura, lavarse a base de cubos de agua, desayunar sopa grasienta de patatas o pasar el día recorriendo la montaña con un pastor detrás de las ovejas, tal vez no sean las vacaciones soñadas para mu­chos, pero pocas experiencias son hoy en día más genuinasy huma­nas y, a la vez, más fáciles de reali­zar como esta convivencia con los nómadas de Kirguizistán.

Iniciativas de turismo sostenible

Todo gracias a dos Iniciativas con pocos años de andadu­ra: la KCBTA (Kyrgyz Communlty Based Tourism Association) o Asociación Kirguiza de Turismo Comunitario, que trabaja en los pueblos y ciudades, y la Sheperd's Life (Vida de Pastores), la hermana pequeña de la anterior, que busca acercar la vida de los nómadas al viajero inquieto. Unas iniciativas de turismo responsable, sostenible y ecológico que intenta potenciar la cultura y el respeto al entorno mediante el uso de medios y recur­sos exclusivamente locales.

Escocia: el valle de Glencoe o la magia de las Highlands

Sin apenas casas ni árboles y con escasa fau­na, la cañada de Glencoe conserva la ma­gia de los vastos parajes solitarios a pesar de estar atravesada por la principal carretera del norte de Escocia, la A82.

El acceso es fácil y eso ha convertido este lugar de las Highlands en un paraíso del senderismo. El escenario de mon­taña con más leyenda del país está atravesado por caminos que se adentran en valles verdes y picos azotados por el viento. Los efectos de la glacia­ción y millones de años de erosión han redon­deado las cimas hasta darles el aspecto que hoy tienen de gigantes replegados sobre sí mismos.
 
La masacre de Glencoe

Entre las caminatas más accesibles se encuentra la de Lost Valley (Coire Gabhail, en gaélico). un delicioso itinerario de tres horas que ofrece en su primer tramo una vista excelente de las Three Sisters (tres riscos escarpados al sur de la caña­da).
 
La ruta culmina en el silencioso valle donde los fugitivos del clan MacDonald hallaron refu­gio después de que 38 de sus miembros fueran asesinados en la madrugada del 13 de febrero 1692 en represalia por haber respondido tarde a la llamada de lealtad del rey Guillermo III de In­glaterra. Ha llovido y nevado mucho desde en­tonces, pero con la vista fija en estas rocas mudas, el recuerdo de ese sangriento episodio, conocido como la "masacre de Glencoe", acude invariable­mente a la mente del caminante.

La ruta clásica de la región, y también la más arriesgada, ese un ascenso vertiginoso a la cadena de Aonaeh Eagach, para el que se requiere una buena preparación e incluso nociones de escalada.

Ruta por una naturaleza agreste

La ascensión parte del aparcamiento cercano a The Meering of the Three Waters y pone nimbo a la cumbre del Am Bodach (1.032 metros). El sendero está bien marcado, pero se hace cada vez más estre­cho y sortea un risco abrupto, al tiempo que las vistas abarcan hasta el lago Linnhe. Hay que pasar sobre el pico subsidiario Sgornan Fiannaidh, don­de es obligado escalar algunos pináculos. Una vez arriba se domina todo el valle de Glencoe. Pero las dificultades llegan con el descenso, ya que hay va­rias alternativas, algunas de ellas bastante peligro­sas. La mejor opción es bajar por el collado que precede al Pap of Glencoe, cuyo sendero principal desemboca cerca del hostal
Clachaig Inn.
 
Otros ascensos memorables son la cima pedre­gosa del Bidean nam Bian (1.150 metros) y la pirá­mide gris, casi perfecta, del Buachaille Etive Mor. cuyo perfil de 1.022 metros se levanta limpio e imponente sobre el valle. Ambas caminatas, con des­nivélese de más de mil metros, se pueden prolongar entre siete y nueve horas. Dos intensas experien­cias más, como todas las que depara Glencoe.

Cómo llegar

Desde Glas­gow hay que seguir la AB2 hasta entrar en Glencoe. Varios aparcamientos ha­cen de punto de partida de las rulas a través del valle. Cuándo ir. El verano es la estación adecuada por las temperaturas moderadas y las horas de sol, hasta dieciocho diarias. Todas las rutas se pueden completar en un dia. Para saber más: Web www.glencoe-nts.org.uk