viernes, 15 de septiembre de 2017

Griselda Blanco: la madrina de Pablo Escobar

El 3 de septiembre de 2012, Griselda Blanco iba de compras con su nuera cuando un motorista se aproximó, sacó un arma de gran calibre y disparó a quemarropa. Fallecía la "madrina" de Pablo Escobar, "la reina de la coca".  

De pequeño tamaño, rechoncha... A los 69 años disfrutaba de su fama y fortuna tras una vida dedicada al narcotráfico y a planear asesinatos, secuestros y atentados. Su forma favorita de matar era usando sicarios montados en motocicleta; una manera de asesinar que alcanzó su auge en los años 80 y 90 del siglo pasado y que aún perdura. De hecho, fue abatida en las calles de Medellín de la misma manera que a ella le gustaba matar.

La Reina de la cocaína 

Griselda murió como vivió. Una matriarca en el universo narco que ya era conocida como narcotraficante cuando Pablo Escobar aún era un imberbe muchacho que robaba coches en las calles de Medellín. Con su 1,50 de estatura, la "reina de la cocaína" era aún más cruel que muchos de los capos de la época. La DEA y el FBI le atribuyen un total de 40 asesinatos pero algunas fuentes hablan de 250.

La Viuda negra

Griselda Blanco sobrevivió a sus tres maridos, todos muertos en disputas por narcotráfico. Uno de ellos murió asesinado por la misma Griselda después de un desencuentro por causa del negocio. Sacó una pistola de su bota y le disparó en el rostro. A partir de ese momento se la empezó a conocer como "la viuda negra".
Tuvo varios hijos, tres con su primer marido, Carlos Trujillo ( Dixon, Uber, y Osvaldo) y posteriormente, con Darío Sepúlveda a Michael Corleone Blanco (nombre que puso a su hijo en honor al protagonista de "El Padrino").  

La masacre de Dadeland 

En los años 70, Griselda se  marchó a Estados Unidos junto a su tercer esposo, Alberto Bravo, donde se convirtió en la "Reina de la coca" distribuyendo más de 3000 toneladas de cocaína al año. Ella fue la primera en utilizar la ruta caribeña a través de Florida - heredada después por el Cartel de Medellín -. Su próspero "reinado" estaba aderezado con una violencia inusitada, jamás vista hasta ese momento. Unos de sus actos delictivos más violentos sucedió en 1979, en Dadeland, un suburbio de Miami donde murieron ametrallados tres traficantes.

Persiguiendo a Griselda Blanco 

Griselda fue encarcelada en 1985 a más de 50 años de prisión en los Estados Unidos pero cumplió finalmente solo 19 años y fue deportada a Colombia en 2004. De vuelta a Medellín intentó pasar desapercibida pero en el mundo del narco los crímenes jamás prescriben.

Las autoridades afirman que importaba miles de toneladas de cocaína a Florida, matando al que interfiriera en sus propósitos. Hace unos años el canal norteamericano CBS entrevistó al hombre que consiguió detenerla, el agente de la DEA Robert Palombo, el cual pasó once años de su vida persiguiendola. "No le deseo la muerte a nadie pero si alguien la merecía... era ella...". 

Corrupción en Miami 

En 1983, mientras la serie de TV "Miami Vice" era éxito de audiencia en medio mundo, la realidad de Miami era diferente. "Éramos menos y con menos armas", afirmaba Palombo. El agente Robert Palombo, inició su carrera en Nueva York y posteriormente fue trasladado a Miami donde pudo ser testigo de esa violencia extrema de la mafia colombiana, respecto a las tradicionales: italiana, irlandesa...

Después del tiroteo en el Shopping Center de Dadeland, las autoridades hallaron un camión blindado cargado de armas de todo tipo. Palombo aún no sabía que aquel suceso y ese cargamento de armas estaban muy relacionados con Griselda Blanco. "Griselda nunca se exponía. Su nombre era mencionado, pero nunca la habíamos visto. No conocíamos su rostro." - Explica Palombo.

La detención de Griselda Blanco 

Desde 1974, Palombo había perseguido el "fantasma" de Griselda, por un caso de drogas en la ciudad de Nueva York. Ella desapareció y el policía pensó que había retornado a Colombia. Sin embargo, ya en Miami, y por casualidad, tuvo que atender la llamada telefónica de una mujer, que se lamentaba amargamente de la relación que mantenía su hija con un "hispano" llamado Uber, y que sospechaba que su novio era un narcotraficante. Palombo, en seguida reconoció aquel nombre: Uber Blanco, uno de los cuatro hijos de Griselda que residía en la lujosa zona de Turnberry Isle. 

Rápidamente se iniciaron las labores de aproximación a la familia de Blanco gracias a la ayuda de un preso colombiano confinado en una cárcel de Oklahoma que se infiltró en el círculo de amigos de Uber. Poco a poco, se fueron recopilando pruebas por medio de un dispositivo escondido en una maleta de mano que grababa todas las conversaciones. En éstas, Uber contaba como sus hermanos dirigían el transporte de la cocaína de su madre en la Costa Oeste y en Miami. 

La investigación se intensificó. "El informante transfería pequeñas cantidades de dinero a los hermanos Blanco y más pronto de lo que pensamos, Griselda se puso en contacto directamente con él. Fue en ese momento, cuando surgió la oportunidad de concertar una reunión en California donde ella se encontraba. Recuerdo que el informante estaba muy nervioso...", recordaba Palombo. El agente, aún guarda en la memoria la primera vez que la vio entrando en el vestíbulo del hotel Newport Beach Marriot. "Cuando ella pasó junto a nosotros, mi compañero y yo nos fijamos en los rasgos de su rostro. No había duda..."

Al final de la reunión, Griselda, dejó al infiltrado 500.000 dólares para que fueran transferidos a Panamá. La DEA se encargó de "lavar" ese dinero y poco a poco tuvieron conciencia de con quién se estaban enfrentando y el alto nivel económico y de violencia de su organización.  Se desconoce el número exacto de personas que fueron asesinadas.."La verdad, poco importa si fueron 50 o 100, aunque pudieron ser muchas más". 

Retorno a Medellín 

Finalmente, en 1985, Griselda fue encarcelada y sentenciada a 60 años de cárcel. En el 2004 salió de la cárcel sin cumplir la totalidad de la condena y retornó a Medellín. Las autoridades colombianas vigilaron sus movimientos y no hay constancia de que cometiera delito alguno. Llevaba una vida discreta, sin alardes, alejada del narcotráfico y la violencia. Sin embargo, sus asesinatos nunca fueron olvidados...

Griselda Blanco, a los 69 años, recibió tres disparos en la cabeza de un sicario que huyó en motocicleta cuando salía de una carnicería del barrio Belén en Medellín. Pese a los esfuerzos de los investigadores, se desconoce quien ordenó su muerte ya que tenía muchos enemigos, tanto en Colombia como en Estados Unidos. Y es que, a "quien a hierro mata, a hierro muere", y Griselda murió como vivió. 

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