Los terroristas del Estado Islámico utilizan Telegram para publicar anuncios de venta de esclavos, armas y equipamiento militar, asegura una información del New York Post.
Un anuncio en Telegram hiela la sangre: "niña en venta... virgen, bonita. 12 años. $12.500."
DAESH vende mujeres y niñas como esclavas sexuales e incluso crea bases de datos - más de 3000 - que contienen sus fotografías con los nombres de sus amos. Los terroristas del autoproclamado califato islámico, fusionan las prácticas bárbaras de hace mil años con las tecnologías modernas.
El caso de Lamiya
Una muchacha yazidí de 18 años de edad, Jesidin Lamiya Adschi Baschar, fue esclavizada y violada decenas de veces en su cautiverio. Tras varias tentativas de escapar, lo consiguió junto con su hermano de 8 años y su hermana de 20, pero ambos morirían por la explosión de una mina. Lamiya sufrió graves heridas y perdió un ojo aunque felizmente consiguió sobrevivir,
Su familia pagó a unos contrabandistas 800 dólares para organizar la fuga. Al final pudo alcanzar el norte de Irak bajo dominio Kurdo y consiguió reunirse con su familia.
Hasta principios de 2016 los yazidíes podían rescatar a sus parientes de la esclavitud pagando 15.000 dólares, sufragado en muchas ocasiones por el gobierno Kurdo. Sin embargo, los recursos financieros están actualmente bajo mínimos, por lo que el estado no puede permitirse sufragar el coste de los rescates.
El genocidio Yazidíe
Miles de mujeres y niñas yazidíes fueron apresadas en agosto de 2014, cuando los combatientes del DAESH invadieron sus aldeas al norte de Irak con el objetivo de eliminar a la minoría kurda.
La crueldad sobre esta etnia, además de contra los Kurdos y contra los cristianos, por parte del DAESH es insólita: esclavitud, violaciones delante de los familiares, asesinatos en masa, decapitaciones, enterramientos de prisioneros cuando aún estaban vivos... La lista de ejecuciones, a cual más cruel, es extensa
La ONU está considerando seriamente reconocer el genocidio de los Yazidíes por el DAESH, el cual puede ser considerado como la primera matanza del siglo XXI contra una etnia con el fin de eliminarla de la faz de la tierra.
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