El 3 de septiembre de 2012, Griselda Blanco iba de compras con su nuera cuando un motorista se aproximó, sacó un arma de gran calibre y disparó a quemarropa. Fallecía la "madrina" de Pablo Escobar, "la reina de la coca".
De pequeño tamaño, rechoncha... A los 69 años disfrutaba de su fama y fortuna tras una vida dedicada al narcotráfico y a planear asesinatos, secuestros y atentados. Su forma favorita de matar era usando sicarios montados en motocicleta; una manera de asesinar que alcanzó su auge en los años 80 y 90 del siglo pasado y que aún perdura. De hecho, fue abatida en las calles de Medellín de la misma manera que a ella le gustaba matar.
La Reina de la cocaína
Griselda murió como vivió. Una matriarca en el universo narco que ya era conocida como narcotraficante cuando Pablo Escobar aún era un imberbe muchacho que robaba coches en las calles de Medellín. Con su 1,50 de estatura, la "reina de la cocaína" era aún más cruel que muchos de los capos de la época. La DEA y el FBI le atribuyen un total de 40 asesinatos pero algunas fuentes hablan de 250.