La expedición de Paul Allen, cofundador de Microsoft, y responsable de una de las mayores empresas de tecnología del planeta ha conseguido hallar a más de 5000 metros de profundidad los restos del USS Indianapolis, 70 años después de su naufragio.
El USS Indianápolis tuvo un papel muy importante en el devenir de la Segunda Guerra Mundial, al portar hasta la isla de Tinian los componentes de la bomba atómica que fue lanzada sobre Hiroshima pocos días después.
El navío fue atacado y hundido por un ataque de torpedos desde un submarino japonés el 30 de julio de 1945. Más de 300 marineros fallecieron de inmediato al encontrarse en el interior del barco y otros 1196 miembros de la tripulación permanecieron a la deriva en un mar infestado de tiburones. La mayor parte de ellos morirían deshidratados, ahogados o devorados.
Días después, cuando fueron descubiertos por un avión de reconocimiento solo quedaban 316 supervivientes. Es el incidente con más víctimas de la historia de la marina norteamericana moderna.
La expedición de Paul Allen
El equipo de Paul Allen, en su anuncio del hallazgo, afirman que buena parte de los éxito es gracias a las informaciones del historiador Richard Hulver, que sugirió una nueva área de búsqueda más al oeste de la que se pensaba en un principio. También reconocieron que el uso del Petrel ( potente sistema de exploración subacuática) fue fundamental para encontrar los restos del navío en algún lugar del Pacífico próximo a Filipinas que permanece en secreto por orden de la marina norteamericana.
La bomba atómica sobre Hiroshima
El 16 de julio de 1945 el buque estadounidense clase Portland, USS Indianapolis, salió del Puerto de San Francisco con una carga mortal: los componentes principales y el uranio enriquecido que formará parte de "Little Boy", la bomba que semanas después sería lanzada sobre Hiroshima
El USS Indianapolis tardó más de 10 días en llegar a su destino final: la pequeña isla de Tinian, en el archipiélago de las Marianas, desde donde el bombardero "Enola Gay" llevaría a cabo una de las misiones más mortíferas de la historia.
El fin del Indianápolis
Después de la descarga, los 1100 tripulantes del Indianápolis, incluyendo su capitán Charles Butler McVay III salieron hacia la Isla de Guam y cambiaron parte de su tripulación. El crucero abandonó la isla el 28 de julio y pusieron rumbo a Leyte, en Filipinas, donde aguardaban las posibles órdenes que dieran inicio a la Invasión de Japón.
Durante el trayecto de Guam a Leyte, el Capitán McVay mantuvo incomprensiblemente una velocidad de 12 nudos en línea recta sin zigzaguear, una maniobra básica para dificultar el lanzamiento de los torpedos japoneses que infestaban la región.
Sin embargo, a las 00:14 del 30 de julio de 1948, el submarino japonés I-58 se percató del fácil objetivo y lanzó dos torpedos que hundirán en 12 minutos el Indianápolis. Alrededor de 300 miembros de la tripulación murieron en el interior del barco y el resto, unos 800, consiguieron acceder a los botes salvavidas o agarrarse a cualquier resto flotante del navío.
El mayor ataque masivo de tiburones
Pese a lo que pueda parecer, la pesadilla no había hecho más que empezar. Treinta minutos después del naufragio, los supervivientes avistaron los primeros tiburones atraídos por la sangre de los heridos. Aterrados, los marineros intentaron ahuyentar a los depredadores en vano. Uno por uno iban siendo arrastrados bajo el agua y devorados. Se estima que más de 100 marineros fueron devorados por los tiburones.
Este triste episodio es conocido como el mayor ataque masivo de tiburones a seres humanos que se haya documentado y ha pasado a la historia de los Estados Unidos como una de las mayores tragedias que se recuerdan.
El rescate de los supervivientes
Los supervivientes aguardaban un rápido rescate pero la misión del USS Indianápolis era tan secreta que pocos conocían su ruta, por lo que los náufragos fueron recogidos cuatro días después de forma totalmente accidental durante un vuelo de rutina. Apenas 321 personas fueron rescatadas con vida.
El teniente Adrián Marks, comandante del Catalina avisó a la base del naufragio y aterrizó su hidroavión para recoger a los primeros supervivientes. Nadie hasta hoy sabe cómo logró introducir a 56 hombres en el hidroavión y despegar a continuación. Fue una de las maniobras de rescate más arriesgadas de la historia moderna.
La rendición de Japón
El comandante del Indianápolis fue condenado por un tribunal militar por negligencia y el desastre no fue divulgado por el ejército norteamericano hasta la caída de las dos bombas atómicas y tras el anuncio del presidente Truman de la rendición sin condiciones de Japón.
El submarino japonés que hundió el Indianápolis se rindió en septiembre de 1945 y fue utilizado en varias maniobras militares como blanco hasta ser hundido en 1946.
Para el cofundador de Microsoft, Paul Allen, este hallazgo es un homenaje a esos marineros que tuvieron un papel vital en el fin de la 2º Guerra Mundial.
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