miércoles, 15 de junio de 2016

La cara oculta del Dalai Lama

Para muchos, el Dalai Lama es una figura bondadosa, icono del pacifismo y la no violencia; una figura que roza la divinidad. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce... 

Exiliado en Dharamasala (India) su santidad Tenzin Gyatso, décimo cuarto Dalai Lama, es el líder de una comunidad de 120.000 tibetanos; y desde 1959 es presentado por los medios de comunicación como uno de los mayores defensores de la paz en el mundo y un verdadero líder espiritual. 

Sin embargo, pocos saben que, también, desde hace casi 60 años, el Dalai Lama ha sido el instrumento preferido de la CIA para desestabilizar China.


¿Cual es el verdadero peso religioso del Dalai Lama?

Se calcula que apenas el 6% de la población mundial es budista pero el Dalai Lama no es considerado como representante del budismo zen (Japón), ni del budismo thailandés, ni del budismo chino. En realidad, el budismo tibetano representa un 1,6% de ese 6%. Tampoco hay que olvidar que existen cuatro grandes escuelas budistas en el Tibet, y que el Dalai Lama solo pertenece a una de ellas. 

Resumiendo, este "Papa" budista tiene muy pocos adeptos, pero un enorme peso político. 

El budismo y el Tibet 

Los defensores del budismo tibetano describen esta religión como parte integrante de la cultura del Tibet pero en realidad, el budismo fue introducido alrededor del 650 DC. El primer rey del Tibet Srong-btsan-sgam-po, introdujo el budismo que se mezcló con las creencias animistas existentes, dando lugar a una nueva religión: el budismo tibetano o lamáismo. 

Esta creencia, pese a lo que muchos piensan, fue impuesta por la fuerza. El rey Trisong Detsen, llegó a decretar que aquella persona que señalé a un lama con el dedo, su dedo debe ser cortado; quien hablara mal de un monje se le cortarían los labios y quien le mirase "mal" se le arrancarían sus ojos.

Poco a poco, los monasterios se hicieron verdaderos centros de poder con inmensos terrenos trabajados por siervos y esclavos a los que se les maltrataba constantemente. A mediados del siglo XX, el país carecía de carreteras, hospitales y la  mortalidad infantil rondaba el 50% . 

Un sistema feudal y teocrático

China, que ocupó el Tibet durante siglos, apoyó a estos monarcas primero y posteriormente a los sucesivos Dalai Lama. El país fue uno de los últimos sistemas feudales y esclavista del Siglo XX donde la clase alta suponía solamente un 3% de la población. De hecho, las leyes en el Tibet eran claras, el Dalai Lama era dueño del país y de sus habitantes. Su familia disponía de 27 fincas, 36 prados, 6170 siervos y 102 esclavos domésticos.

En lo alto de la pirámide se encontraba el Panchem-Lama considerado padre espiritual del Dalai Lama, y debajo de él y de su padre espiritual, estaban los monjes, los cuales gestionaban los 333 monasterios y sus territorios respectivos. Estos lamas provenían de las nobleza, la élite militar, y eran propietarios del 93% de la superficie total del Tibet.

El resto de la pirámide la conformaban los siervos (un 80% de la población), esclavos (10%) y un 7% de monjes pobres que servían de peones y realizaban los trabajos más desagradables. Pese a la "presunta" no violencia de los lamas, estos monjes eran azotados habitualmente y eran tratados casi como esclavos. 

La invasión de China 

En 1949, los comunistas llegan al poder en China y proponen un tratado al Dalai Lama donde se exige la anexión del Tibet a China a cambio de la manutención de la clase tibetana dirigente, la cual conservaría la mayor parte de los derechos. Este tratado se firmó el 26 de octubre de 1951. 

Durante esos años, China construyó los únicos hospitales del Tibet e instaló una red de saneamiento básico de agua y electricidad. Asimismo, se construyó una red de escuelas para el pueblo siendo las existentes solo de uso exclusivo para los monjes. 

El Dalai Lama: presidente del comité permanente de la Asamblea china 

Mucha gente está convencida que la marcha del Dalai Lama del Tibet sucedió con la invasión china pero en realidad ya habían pasado 9 años. Su fuga y su exilio en la India, descritos por occidente como un acontecimiento heroico, fue, como se sabe tras la desclasificación de documentos secretos, organizado por la CIA para transformar al Dalai Lama en un símbolo de la lucha contra el comunismo. 

En 1954, el décimo cuarto Dalai Lama participó en la Asamblea Popular de China, encargada de la elaboración de la constitución de la República Popular, siendo elegido como uno de los presidentes del comité permanente de esa asamblea. En una ocasión afirmó en un discurso ante la Asamblea: "los rumores de que el Partido Comunista de China y el gobierno popular central eliminarían la religión en el Tibet son falsos. El pueblo tibetano ha gozado de plena libertad para mostrar sus creencias religiosas".

En 1956, el Dalai Lama asumió la presidencia del comité provisional encargado de organizar la región autónoma del Tibet. Como puede comprobarse, las relaciones entre el gobierno central y local estaban totalmente normalizadas.

Las reformas chinas en el Tibet 

Sin embargo, las cosas cambiaron al poco tiempo cuando se promovió una nueva legislación que separaba la religión del estado, abolía la esclavitud e introducía una reforma agraria que redistribuía la propiedad de las tierras y de los rebaños, monopolizados hasta ese momento por la aristocracia civil y los monasterios.

La perdida de privilegios provocó que las banderas separatistas y religiosas ondeasen de forma más frecuente y que la CIA animase a esa élite a fundar una organización política; "Cuatro ríos y seis montañas", y una organización militar, "Ejército de defensa de la religión". En 1956, esta organización inició ataques armados contra funcionarios públicos, obras e infraestructuras, y contra los propios tibetanos que no pensaban como ellos.

La financiación de Washington

Según afirma el historiador estadounidense Jim Mann, durante la década de los 50 y 60, la CIA apoyó muy activamente a la causa tibetana con dinero, armas y entrenamiento militar. 

Además de Mann, otro estudioso de las acciones de la CIA en Asia, Michael Parenti aseguró que: "En los Estados Unidos, la "Sociedad Americana por una Asia libre" es una fachada de la CIA y un instrumento de propaganda de los separatistas tibetanos. Thubtan Norbu, el hermano más joven del Dalai Lama tiene un papel muy activo en esta organización. Otro hermano, también más joven que el Dalai Lama, Gyalo Thondup, organizó una "pequeña agencia de inteligencia" con el apoyo de la CIA en 1951. Años más tarde esta célula fue entrenada y transformada en una unidad de la CIA con la tarea de infiltrarse en el país."

Tras la desclasificación de documentos de la CIA a finales de los 90 se reveló que el movimiento tibetano en el exilio recibió cerca de 1,7 millones de dolares al año durante la década de los 60 para operaciones contra China. Asimismo, el Dalai Lama recibía puntualmente 180.000 dólares anuales para su causa "pacifista". Esta ayuda finalizó en 1974 cuando Nixon normalizó las relaciones con China. Su sucesor Gerald Ford, y Jimmy Carter cambiaron la estrategia e intentaron con éxito mostrar al mundo a un Dalai Lama y al Tibet como símbolo de lucha por los derechos humanos.

Premio Nobel de la Paz

Actualmente, esa ayuda financiera y política a los exiliados tibetanos continúa  a traves de la ´"National Endowment for democracy", organismo creado en la época de Reagan que patrocina, apoya y propaga por todo el planeta movimientos pro-americanos.  

Con el fin de la Guerra Fria, los Estados Unidos usaron al Dalai Lama para negociar con el gobierno chino su descentralización económica. Para darle una mayor credibilidad, en 1989 recibió el Premio Nobel de la Paz entre baños de multitudes.

¿El Dalai Lama en contra del desarrollo?

El gobierno central de China inauguró en 2006 uno de los mayores ferrocarriles del mundo que unía el Tibet con el resto de China. El ferrocarril costó 4,1 millones de dólares y atraviesa todo el Tibet, uniendo Lhasa con los centros económicos más importantes de China. Sin embargo, los separatistas, con el Dalai Lama a la cabeza, lo consideraron una amenaza que puede llevar, no el desarrollo, sino nuevos colonos y una forma de favorecer el expolio de los recursos naturales tibetanos.

Pese a la opinión de los separatistas, es indudable y como así ha quedado demostrado, que la llegada del ferrocarril ha fomentado y multiplicado el turismo en toda la región lo que favorece la economía y las inversiones.

Y es que no es todo como parece, y a veces los considerados "grandes hombres" tienen una doble cara que la gente apenas conoce. El Dalai Lama, sin duda, es uno de esos "grandes hombres"

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