En la playa de Laxe, el 19 de diciembre de 1830, se registró el naufragio del Adelaide, un suceso lleno de incognitas, entre la realidad y la leyenda.
.jpg)
El Adelaide contra los elementos
El 19 de septiembre de 1830 era un día especialmente duro, con vientos huracanados y lluvia abundante. La goleta Adelaide que había salido de Bristol con dirección a las Antillas, luchaba frente a la costa de Laxe contra los vientos huracanados que amenazaba con hacer trizas el navío. Viajaban a bordo un pasajero y trece tripulantes, entre ellos, la esposa del capitán y su hijo.
En esa lucha sin cuartel con el fiero oleaje, la goleta logró entrar en la ría de Laxe pero a causa de la bajamar que había en ese momento, un viraje de viento provocó la catástrofe.
Supervivientes del naufragio
El capitán William Dovell y un marinero consiguieron llegar a la playa y a duras penas llegaron a la zona alta del arenal donde, exhaustos, se refugiaron en el llamado "almiar de Lema". A la mañana siguiente el marinero murió por falta de ciudados, nadie oyó sus gritos de auxilio a causa del estruendo del viento y el sonido insistente de la lluvia que caía a borbotones.
Esa misma mañana, comenzaron a llegar los cadáveres de los marineros a la playa de Laxe. Entre ellos, los cuerpos de la esposa de Dovell y su hijo, abrazados, yacían sobre la arena sin vida.