En ‘Las labores y los días’ conversamos con un ex narco gallego que nos narra sus vivencias entre los capos del Cartel de Medellín, especialmente con Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘el Mexicano’.
Ninguno de los vecinos de su urbanización en una zona residencial de una provincia costera española podría imaginar que Don Ángel (nombre figurado), caballero que supera los sesenta, marido y padre ejemplar, haya sido uno de los pioneros del narcotráfico de cocaína a gran escala entre España y el Cartel de Medellín.
De mediana estatura, enjuto y envejecido a causa de una enfermedad que superó recientemente, Don Ángel es un hombre muy jovial, empresario de éxito, atento, culto y educado. Su aspecto se asemeja más a un notario o a un catedrático a punto de jubilarse que a un narcotraficante que convivió en Colombia con los miembros más destacados del Cartel de Medellín, organización narcoterrorista que asesinó a miles de personas durante la década de los 80.
El cartel de Medellín, sus orígenes, su historia
Don Ángel, mientras iniciábamos un paseo por las cercanías de su domicilio, me ilustró acerca del Cartel de Medellín. Sus capos más significativos eran: Pablo Escobar Gaviria de Rionegro, Antioquia; Gonzalo Rodríguez Gacha ‘El Mexicano’ de Pacho, Cundinamarca; los hermanos Fabio, Jorge Luís y Juan David Ochoa de Medellín, Antioquia y Carlos Lehder de Armenia, Quindío.
En un principio, los centros de producción del Cartel se ubicaron en el sur de Colombia, en los llanos orientales, y tiempo después se extendió por la región del Magdalena Medio. En la zona meridional, posteriormente, se creó la principal fábrica de cocaína conocida como el complejo industrial de ‘Tranquilandia’, con miles de hectáreas de terreno y ocho pistas de aterrizaje desde donde salía la droga en pequeñas avionetas con destino a las islas Bermudas, Bahamas y Estados Unidos.
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Gonzalo Rodríguez Gacha 'El Mexicano' |
De 1978 a 1988 el Cartel de Medellín tuvo su máxima expansión: las fortunas de los principales jefes se multiplicaron. Entre el 70 y el 80% del negocio a nivel mundial de la cocaína lo controlaban los carteles colombianos y según varios estudios, parece probado que a mediados de la década de los 80, el 10% del PIB provenía de recursos del narcotráfico.
La economía del Cartel de Medellín se ‘limpiaba’ con actividades económicas legales, desde la banca, la construcción, la industria agrícola y ganadera. Propició, además, la corrupción a gran escala en todas las instituciones del Estado, incluyendo los partidos políticos, la justicia y las fuerzas de seguridad del Estado.
Muerte a Secuestradores (MAS): la relación del Cartel de Medellín con el paramilitarismo
Las primeras acciones violentas generalizadas del Cartel fueron a raíz del secuestro de Marta Nieves Ochoa, hermana de los hermanos Ochoa, para muchos, los líderes del Cartel de Medellín, por encima, incluso de Pablo Escobar. El secuestro fue llevado a cabo por el grupo guerrillero M-19 al que eliminaron completamente de Antioquia.
A raíz de ese secuestro, a finales de 1981 los capos del narcotráfico crearon el grupo, Muerte a Secuestradores (MAS), primera conexión entre las mafias de la droga y los grupos paramilitares de autodefensa. De este experimento surgió el paramilitarismo que empezó a sembrar el terror en los años 80 respondiendo a la violencia de la guerrilla de izquierdas que asolaba el país.
Ante la contundente respuesta violenta del Cartel contra sus miembros más significativos, el M-19, a punto de la extinción, acuerda una tregua con Pablo Escobar. Este acuerdo de paz, para muchos analistas, conllevaba que el M-19 tomase en 1985 el Palacio de Justicia en colaboración con el Cartel de Medellín donde morirían asesinados varios magistrados del tribunal supremo colombiano y serían eliminados los expedientes de extradición a Estados Unidos de los principales narcos del Cartel.
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Lehder, primer miembro del Cartel extraditado |
Pero las acciones del MAS no quedaron ahí. El grupo extendió su influencia por el interior de Colombia y GonzaloRodríguez Gacha ‘El Mexicano’ creó un subcomando del MAS en Puerto Boyacá y el Magdalena Medio, que muy rápidamente se extendió también en Cundinamarca y Boyacá, región sobre la que ‘El Mexicano’ ejercía su influencia. De hecho las ‘Autodefensas de Yacopí’, como se denominaban entonces, lograron neutralizar a la guerrilla de las FARC cuya presencia en esta región disminuyó considerablemente mientras duró el Cartel de Medellín.
El narcoterrorismo
Todo cambió para el Cartel cuando los Estados Unidos declararon la guerra contra el narcotráfico y presionaron al gobierno colombiano para que hiciera efectivo el tratado de extradición – el primer capo extraditado del Cartel de Medellín fue Carlos Lehder - lo que posteriormente generaría en una fase de violencia contra el Estado a través del denominado narcoterrorismo.
Desde la primera mitad de la década de los ochenta se agudiza la guerra contra la droga y se dispara el narcoterrorismo en un proceso que se prolongará hasta finales de 1989. Durante este periodo se localiza y se destruye Tranquilandia, símbolo del Cartel y principal complejo industrial de cocaína que contaba con 19 laboratorios. Se incautaron 14 toneladas de cocaína.
El 21 de agosto de 1989 el Fiscal General de Estados Unidos, Dick Thornburgh, hizo pública una lista de 12 capos de la droga requeridos por el gobierno de los Estados Unidos. La lista incluía a Pablo Escobar, El Mexicano, Carlos Lehder y los Hermanos Ochoa (Jorge Luis, Fabio y Juan David).
Los extraditables: ‘Mejor una tumba en Colombia que una celda en los Estados Unidos’
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Pablo Escobar, 'El patrón' |
En este contexto, surge el grupo de los extraditables del Cartel de Medellín que declara la guerra al gobierno colombiano por apoyar la extradición de los narcotraficantes colombianos a cárceles norteamericanas. Decenas de bombas estallaron por todo el país, y fueron asesinados miles de personas entre los que se encontraban jueces, fiscales, testigos, periodistas y personalidades de la época.
Unidos a estos crímenes y secuestros se produce una cadena de atentados terroristas que destacan por su extrema violencia: el atentado al edificio del DAS, la bomba en el avión de Avianca en 1989, la explosión en el diario ‘El Espectador’, así como, atentados indiscriminados contra centros comerciales.
Los Pepes y el fin del Cartel de Medellín
La situación era insostenible y era inevitable que la violencia del Cartel de Medellín no desembocara en venganza. El vecino Cartel de Cali dirigido por los hermanos Orejuela con el que estaban en guerra, así como antiguos socios de Pablo Escobar como Don Berna y los Hermanos Castaño empezaron a realizar actos terroristas contra los más próximos a Pablo Escobar, familiares, escoltas, abogados, lo que debilitó no solo a 'El Patrón', sino a todo el Cartel de Medellín. A este grupo había que unir la presión de la DEA norteamericana y del gobierno colombiano que creó el llamado ‘Bloque de Búsqueda’, el cual, el 2 de diciembre de 1993 localizó a un acorralado Pablo Escobar que fue abatido cuando intentaba huir por el tejado de la casa donde se escondía.
Cuatro años antes, Gonzalo Rodríguez Gacha fue localizado en Tolú, municipio de Coveñas por las fuerzas de seguridad colombianas que le acribillaron también a balazos cuando intentaba huir junto a su hijo Freddy Rodríguez Celades. En Pacho, Cundinamarca, son enterrados con repicar de campanas y el dolor de sus protegidos y amigos. Las muertes de ‘El Mexicano’ y de Pablo Escobar significaron el fin del Cartel de Medellín.
De tratante de ganado en Galicia al Cartel de Medellín
Don Ángel me contó la historia del Cartel a grandes rasgos. Fue hace casi 30 años pero recuerda aquel tiempo como si fuera ayer. De familia humilde, Don Ángel aprendió el negocio de ‘Becerreiro’ y se inició como tratante de ganado en las ferias de Galicia. Pero, ¿Cómo llega un joven tratante de ganado de una aldea gallega a ‘tratar’ con los capos Cartel de Medellín?
“Hice mi primer viaje al Brasil con un primo lejano, Manuel (nombre figurado), cuyos padres emigraron desde Galicia a aquel país años atrás. Me dijo que allí podía ganar mucho dinero vendiendo reses y caballos porque tenía contactos y pagaban mejor que aquí...”
Don Ángel me invitó a pasear por un bonito paraje próximo a su domicilio entre pinos y con el rumor del mar de fondo. Sus palabras le llevan inconscientemente a otro tiempo y a otro mundo totalmente diferente a lo que había conocido hasta ese momento.
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Evaristo Porra, el Rey de Leticia |
“…Sin embargo, el ganado pasó a un segundo plano cuando llegué a Brasil y conocí Antonio Motta, alias ‘Curica’. Manuel, poco a poco, me dejaba entrever cual era su ‘trabajo’ y cuando me presentó a ‘Curica’ - uno de los mayores narcotraficantes de Brasil -, me di cuenta que su ‘trabajo’ no era el que yo imaginaba.”
Así empezó todo. Aquel ‘Becerreiro’ comenzó, no solo a tratar con ganado de su tierra, el cual, era muy cotizado y por el que se pagaban grandes sumas – más del triple que en Galicia -, sino a aprender un negocio que le convertiría en millonario. Durante dos años, elaboró una pequeña red junto a ‘Curica’ y Manuel de tráfico de cocaína desde Brasil a Galicia agazapada entre el ganado que Don Ángel vendía a grandes terratenientes del Norte de país carioca.
Leticia: una ciudad sin ley en los años 80
“Manuel era uno de los principales sicarios de ‘Curica’. Le tenía mucho aprecio y gracias a esa magnífica relación conseguí que mucha gente se interesase en adquirir caballos y reses. En poco tiempo hice algunos negocios; pero el mayor negocio, sin duda, fue cuando me dijeron que Gonzalo Rodríguez Gacha ‘El Mexicano’ quería comprar unas cabezas de ganado. Para ello, acompañé a Manuel y a ‘Curica’ a una reunión de ‘negocios’ en Leticia, capital de la Amazonía colombiana.”
Leticia, es una localidad de Colombia situada en plena selva del Amazonas. La región se había convertido en un lugar muy seguro para los narcotraficantes y muchas reuniones se llevaban a cabo en aquella ciudad. El Hotel Anaconda y su casino era punto de encuentro habitual para los principales narcos.
“En el hotel estaban los dos hombres más buscados del mundo en esos momentos: Gonzalo Rodríguez Gacha ‘El Mexicano’ y Pablo Escobar, principales capos del Cartel de Medellín. Junto a ellos, en la misma mesa, Canos Guzmán, Antonio Motta ‘Curica’ y Evaristo Porra. Manuel y yo nos sentamos en otra mesa próxima junto al primo de Gacha, Juan Rodríguez y otras seis personas más."
Pablo Escobar ‘El Patrón’
Don Ángel me sorprendió con su descripción de Pablo Escobar, al cual describió como un hombre tranquilo y educado. Nada que ver con ese asesino sanguinario que mata primero y pregunta después. Para muchos, Pablo Escobar era el líder del Cartel de Medellín, aunque Don Ángel siempre sospechó que la verdadera cabeza pensante era la familia Ochoa. “No sabría decirte si el viejo o uno de sus hijos, Jorge Luis, que estuvo preso aquí en España”.
“Le expuse al hermano de ‘El Mexicano’ las virtudes de nuestra ganadería y mostró interés en adquirir varias cabezas. Después, se aproximó a la mesa donde estaba su hermano que departía con Escobar. Recuerdo que ambos me miraron, yo me levanté y estreché la mano del ‘Mexicano’. Pablo, a su lado, preguntó con una sonrisa, ¿español? Yo asentí”.
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Escobar y 'El Mexicano' eran los líderes más sanguinarios del Cartel |
Fuera quien fuera el líder del Cartel de Medellín, ‘el Patrón’, sin duda, era el más conocido de todos. En 1987 se calculaba la fortuna de Pablo Escobar en 8.000 millones de dólares y la revista ‘Forbes’ le mencionó como la octava persona más rica del mundo. Escobar Gaviria y Rodríguez Gacha, se hicieron populares en sectores sociales pobres gracias a los programas de vivienda y empleo entre los más necesitados.
Evaristo Porra: el Rey de Leticia
Pese a estar frente a los principales capos del Cartel de Medellín, Gacha y Escobar, Don Ángel, sin embargo, no mostraba inquietud alguna excepto por una persona que se encontraba unos metros más allá, en la misma mesa y que no dejaba de mirarlo fijamente. Su nombre era Evaristo Porra, dueño de propiedades e incluso de los ciudadanos de Leticia, el cual, reconvirtió la ciudad en capital de la droga en los años 70 y principios de los 80. ‘Curica’ le advirtió sobre él: “Ni le mires. Cuando se emborracha se pone ‘berraco’ y te matará sin dudarlo, por la espalda si es preciso. Cuentan que Evaristo, borracho y armado con una Uzi israelí mató en una noche a 40 inocentes”.
Como es lógico, Don Ángel, al escuchar las palabras de ‘Curica’ y comprobar que el personaje continuaba mirándole fijamente se armó de valor y se acercó a él con una amplia sonrisa que escondía el temor que tenía a ese hombre. Ante la mirada de todos, se presentó a Evaristo de forma educada y le dijo: “si me mira tanto es que quiere ganado gallego del bueno porque me han dicho que en la selva no hay golondrinas (homosexuales)”.
“Quedó desorientado durante unos instantes pero al cabo de unos segundos comenzó a reír en voz alta y gritando repetidamente que me compraría todo el ganado. Estaba muy borracho aunque aquella noche le dio por reír y no por matar”.
Pablo Escobar en España
Tras el incidente con Evaristo Porra, Don Ángel departió afablemente con Escobar que le habló de su reciente viaje a España formando parte de una Comisión enviada por el congreso colombiano en respuesta a la invitación española de asistir al triunfo del PSOE y Felipe González en las elecciones de 1982. El cambio de gobierno en España era observado desde Colombia como una alternativa en el caso de que en aquel país las cosas se pusieran feas.
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Gacha se convirtió en objetivo nº 1 de la DEA |
Por su parte, Gonzalo Rodríguez Gacha se interesó en Don Ángel con el que congenió muy bien por tener unos orígenes humildes como los suyos y por haber crecido entre vacas y caballos. Además, el fútbol, para ambos, era una pasión. La diferencia es que Don Ángel jamás podría ser dueño del Real Madrid mientras que ‘El Mexicano’ y Pablo Escobar eran máximos accionistas de los principales clubes de Colombia, el Millonarios y Atlético Nacional respectivamente.
Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘el Mexicano’
En Pacho, Cundinamarca
territorio muy querido
Gonzalo Rodríguez Gacha,
hijo de pobres nacido
llegó a tener tanta plata
por fortuna o por castigo