Trabajar en Comercio Exterior puede ser un buen negocio y un salvavidas para las empresas en tiempos de crisis.
Además de las cámaras de comercio, ferias y distintas asociaciones sectoriales, existen otras fuentes para encontrar potenciales clientes. Internet ofrece una información muy valiosa para contactar de forma eficaz: en los Trade boards, anuncios comerciales, se puede acceder fácilmente a multitud de empresas. La mayoría están en inglés, como es el caso de ec21.com, un trade board coreano con infinidad de empresas de la zona (China, Taiwán, Corea del Sur).
Exportadores e importadores: centro de comercio internacional
Internet también es un punto de encuentro para exportadores, importadores, transportistas, agentes, etc.; donde se ofrece la posibilidad de participar en las comunidades virtuales relacionadas con el comercio exterior.
Cabe destacar click2export.com, donde se puede compartir numerosa información sobre aspectos relacionados con el comercio exterior: aduanas, logística internacional, métodos de pago documentarios, métodos de pago simples; y lo que es fundamental: conocimiento del país, de sus usos y sus costumbres; una información que servirá para mantener una negociación fructífera con el posible importador.
Exportar, Importar: El Trading, negocio rentable
De los negocios más atractivos, dentro del ámbito del comercio exterior, hay que destacar el Trading, es decir, la intermediación. Las empresas que ofertan estos servicios realizan, entre otras, una labor administrativa, comercial y por supuesto, de intermediación. La particularidad de los traders, es que son ellos los que entran en contacto con el comprador interesado en importar un determinado producto.
Tras hallar dicho producto, ellos lo compran para vendérselo posteriormente al importador. El margen de negocio suele oscilar entre un 1% y un 25% del valor de las operaciones y el riesgo es relativo ya que el producto se compra, siempre y cuando, haya un contrato por escrito con el importador. Asimismo, el pago suele estar asegurado mediante créditos documentarios
Comercio exterior y cambio de moneda: claves para un riesgo mínimo
Es primordial, tener en cuenta la moneda con que se va a financiar y facturar la exportación, y así, evitar salir perdiendo si la moneda en que se basa la operación es perjudicial. Para ello, es fundamental conocer las combinaciones posibles entre las distintas divisas. El más usual es la facturación en divisa distinta a la de la financiación.
Seguro de cambio
En este caso, existe un serio riesgo que, para evitarlo, es esencial realizar un seguro de cambio, para así, asegurar una posición de riesgo mediante una operación financiera de riesgo contrario. El efecto negativo es la renuncia a posibles beneficios en caso de que la divisa experimentase, con respecto a la otra, una apreciación mayor que el beneficio proporcionado por el seguro de cambio, ya que su cotización es cerrada.
El envío del producto al importador: Trámites aduaneros
Según la clase de producto y el lugar de destino, la planificación del viaje y los trámites aduaneros son, más o menos, laboriosos. Por esta razón, la mayoría de las empresas, actúan a través de un agente de aduanas o un transitario.
Mientras el primero se encarga de gestionar los trámites aduaneros, el transitario ejerce de planificador de la ruta y el transporte, responsabilizándose de la mercancía durante su envío y coordinando los sistemas de transporte, el embalaje del producto y las pólizas de crédito.
Exportador: Los Incoterms (Términos comerciales internacionales)
Los Incoterms son conceptos reguladores definidos por la Cámara de Comercio Internacional, que establecen al comprador – importador – y al vendedor – exportador –, los derechos, obligaciones, gastos y responsabilidades inherentes a la entrega de mercancía. Se representan como abreviatura, por ejemplo FOB (Free on board); cada Incoterm regula la forma de envío, las responsabilidades de ambas partes sobre la mercancía en las diversas fases del envío y acuerda el modo y lugar de la entrega.
Finalmente, no se debe pasar por alto, algo muy simple, pero fundamental para llevar a cabo la internacionalización de una empresa: el conocimiento de idiomas entre sus empleados. Es por ello, que numerosas ofertas de empleo, sobre todo de ámbito comercial, solicitan un amplio conocimiento de, al menos, un idioma; primando en numerosas ocasiones el bilingüismo del trabajador que el propio expediente académico y la experiencia en el sector.
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